sábado, 28 de abril de 2012

Sarkozy causa "espanto" a Villepin

Lo que algunos piensan en voz baja en el seno de la derecha francesa lo dijo ayer en voz alta Dominique de Villepin. En una contundente tribuna publicada en el diario Le Monde, el último primer ministro de Jacques Chirac expresó su “espanto” por la deriva extremista de la campaña del presidente francés, empeñado en una carrera para seducir a los 6,4 millones de votantes que en la primera vuelta de las elecciones presidenciales dieron su apoyo a la candidata de la ultraderecha, Marine Le Pen. “Es un camino sin retorno”, alertó Villepin, para quien se están sobrepasando “las líneas rojas republicanas”.

“No soporto la histeria general que se ha adueñado de la elección, en la que el pueblo francés ha sido tomado como rehén por seis millones de electores encolerizados”, escribe el ex primer ministro, que apela a su “herencia gaullista” para advertir a los militantes de la UMP del “veneno mortal que amenaza a la derecha”. Villepin expresa su confianza en que los “electores de la mayoría” se levanten en defensa del interés general y la dignidad.

Enfrentado política y personalmente a Nicolas Sarkozy –ambos se han acusado mutuamente de utilizar el caso Clearstream para hundirse el uno al otro–, Villepin amagó con presentarse a las elecciones presidenciales antes de retirar su candidatura por falta de apoyos y refugiarse en un discreto silencio. En su artículo, en el que también alude a la “inquietud” que le despierta la izquierda –sin entrar demasiado en ello–, el ex primer ministro no hace un llamamiento explícito a votar por uno u otro candidato en la segunda vuelta, pero sus palabras van cargadas de sentido: “El 6 de mayo que cada cual vote pensando en Francia y en lo que siempre ha encarnado de mejor, a sus valores de respeto, de dignidad y de humanismo, porque, en conciencia, hay que elegir bien”.

Más duro en su juicio, el ensayista y escritor Jean-François Kahn –próximo al líder del Movimiento Demócrata (MoDem), el centrista François Bayrou–, llamó ayer directamente a votar contra Sarkozy, tras denunciar que “por primera vez después de más de medio siglo, un presidente de la República en ejercicio, candidato con posibilidades de ser elegido, acaba de reactualizar y por tanto de legitimar una retórica abiertamente petainista”. La comparación de Sarkozy con el mariscal Pétain –el hombre de la colaboración con los nazis– fue utilizada ya esta semana por el diario comunista L’Humanité.

Nicolas Sarkozy, en un mitin en Dijon, insistió en su línea de adoptar un discurso de extrema derecha –sobre la inmigración y los extranjeros, la seguridad, los sindicatos– y de atacar con dureza al candidato socialista, François Hollande. El presidente negó no obstante la deriva extremista y se presentó como víctima de un “proceso estalinista.



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