“Yo votaré Hollande”, proclamó el ex presidente francés Jacques Chirac en junio del año pasado ante las cámaras de televisión en Corrèze, el feudo de ambos políticos. Lo que entonces se presentó como una broma entre paisanos podría ser cierto. Así lo ha asegurado al diario Le Parisien el historiador Jean-Luc Barré, que ayudó al ex presidente a escribir sus memorias y ha estado a su lado en los últimos cuatro años. “No sólo me lo dice a mí, se lo dice a todas las personas a las que ve, no es un secreto de Estado”, confirmó Barré a la agencia Reuters.
La posibilidad de que Chirac apoye al candidato socialista al Eliseo, François Hollande, agitó ayer considerablemente a la derecha francesa, que a cuatro días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales afronta la posibilidad de una derrota que los sondeos dan como cierta. Irritado, el presidente francés y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy –con quien Chirac ha mantenido relaciones históricamente tensas–, advirtió contra la “instrumentalización” del ex presidente por su entorno, haciendo alusión a “sus dificultades”. Chirac, de 79 años, padece demencia senil.
Según Le Parisien, también la hija de Jacques Chirac, Claude, y su yerno, Frédéric Salat-Baroux –ex secretario general del Elíseo–, apoyarían a Hollande. Lo que contrasta con el compromiso de su esposa, Bernadette Chirac, en la campaña de Sarkozy.
El presidente sufrió ayer dos nuevas defecciones. Dos de sus fichajes estrella del mundo de la izquierda que integraron su Gobierno, Martin Hirsch y Fadela Amara, anunciaron también su apoyo al candidato socialista.
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