miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Terrorista y confidente?

Mohamed Merah, el terrorista de Toulouse muerto por la policía tras asesinar a siete personas, podría haber sido un confidente de los servicios secretos franceses, a quienes habría engañado sobre sus verdaderas intenciones. Esta hipótesis fue planteada ayer abiertamente por un antiguo director del contraespionaje, Yves Bonnet, en una entrevista publicada por La Dépêche du Midi.

Patrón en los años ochenta de la extinta Dirección de Vigilancia del Territorio (DST) –hoy integrada en la Dirección Central de Información Interior (DCRI)–, Bonnet subraya que Merah tenía un interlocutor fijo en la DCRI, lo que a su juicio “no es anodino”. Merah “era conocido en la DCRI no especialmente por ser islamista sino por tener un corresponsal en Información Interior. Ahora bien, tener un corresponsal no es del todo inocente”, afirmó, tras ser preguntado cómo era posible que la peligrosidad de Merah pasara desapercibida.

Mohamed Merah mantuvo en noviembre de 2011 una entrevista con dos agentes de la DCRI, interesados oficialmente por el viaje que el año anterior había realizado a Afganistán y a Oriente Medio. Según explicó el propio jefe de la DCRI, Bernard Squarcini, en una entrevista en Le Monde, Merah se había mostrado extremadamente cooperador con sus servicios, hasta el punto de llamarles desde Pakistán en octubre para avisarles de que no estaba en el país y fijar otra cita.

Identificado ya como sospechoso de los atentados de Toulouse y Montauban, rodeado por la policía en su domicilio, Merah pidió hablar con el agente regional del DCRI –una mujer, de origen árabe–, con la que, según el propio Squarcini, mantenía una “relación de confianza”. “Iba a llamarte para decirte que tenía informaciones que darte, pero en realidad iba a ir a por ti”, le dijo Merah en esa conversación, que revela una cierta familiaridad (además de su perversidad)

El propio hecho de que un ex delincuente sin apenas recursos se permitiera viajes turísticos a Afganistán, Pakistán, Egipto, Turquía, Siria e incluso Israel –donde toda entrada en el país es extremadamente controlada– sin levantar ninguna sospecha no hace sino aumentar los interrogantes.

Precisamente, el diario italiano Il Foglio aseguraba, por su parte, que Mohamed Merah habría entrado en Israel bajo la cobertura de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE) –espionaje–, lo que explicaría la facilidad con la que pasó la frontera.

Squarcini lo negó todo. “Merah no era confidente de la DCRI ni de ningún otro servicio francés o extranjero”, aseguró. “De todos modos, si es cierto –objetó en Le Nouvel Observateur el ex ministro del Interior Daniel Vaillant–, la DCRI no lo dirá. Y Merah no puede confirmarlo. Pero es una hipótesis plausible”.

Por otro lado, el canal de televisión qatarí Al Jazira decidió ayer finlamente, por motivos deontológicos, no emitir el vídeo –un montaje de 25 minutos– en el que pueden verse los tres atentados grabados por Merah, después de que así lo pidieran Nicolas Sarkozy, las familias de las víctimas y el Consejo Superior de lo Audiovisual. La mayoría de las televisiones francesas se comprometieron asimismo a no retransmitir tales imágenes y el presidente francés ha advertido que su Gobierno tomará las medidas a su alcance para impedir que sean difundidas por otro medio.

La policía considera que el vídeo remitido a Al Jazira por correo –matasellado el miércoles 21– no pudo ser enviado ni por Mohamed Merah ni por su hermano Abdelkader, ya controlados la víspera, por lo que busca a un tercer hombre, que podría haber participado asimismo como cómplice en el robo de la scooter utilizada en los atentados.

El padre del terrorista, Mohamed Benalel Merah, que regresó a Argelia cuando su hijo tenía cinco años, amagó ayer con presentar una demanda contra Francia por la muerte de su hijo. Sarkozy expresó su indignación, mientras el ministro de Exteriores, Alain Juppé, y el candidato socialista al Elíseo, François Hollande, le instaron a “callar”.


Sarkozy acelerará la expulsión de “extremistas”

Nicolas Sarkozy anunció ayer que el Gobierno francés acelerará los procedimientos de expulsión de los “extremistas” presentes en el país y que todos aquellas personas que hagan afirmaciones “difamatorias” contra Francia y los valores republicanos no serían autorizadas a entrar en Francia. El presidente de la República hizo estas declaraciones después de haber vetado la entrada en suelo francés de dos predicadores islamistas que debían participar el próximo 6 de abril en el congreso anual de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF) en Le Bourget, al norte de París. Uno de ellos es Youssef Al Qaradaoui, de origen egipcio pero instalado en Qatar, donde conduce un programa titulado “La Charia y la vida” en el canal de televisión Al Jazira. Nicolas Sarkozy llamó personalmente al emir de Qatar, Hamad bin Jalifa al Zani, para indicarle que Qaradaoui “no es bienvenido en Francia”.



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