sábado, 17 de marzo de 2012

Diez candidatos, dos aspirantes

Diez candidatos, algo menos que en 2007, concurrirán en las elecciones a la presidencia de la República francesa de los próximos 22 de abril y 6 de mayo. Diez candidatos, pero sólo dos serios pretendientes a sentarse en el despacho del palacio del Elíseo: Nicolas Sarkozy, presidente saliente y candidato a un segundo mandato, líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) –el gran partido de la derecha, heredero del gaullismo–, y el histórico dirigente de la iquierda François Hollande, quien desprendido de toda responsabilidad orgánica en el Partido Socialista (PS) –donde ocupó la primera secretaría entre 1997 y 2008– aspira por primera vez a la jefatura del Estado.

A las seis en punto de la tarde, el Consejo Constitucional francés cerró sus puertas y dio por terminado el plazo legal para la presentación de candidaturas. En ese momento, sólo diez políticos –siete hombres y tres mujeres– habían conseguido depositar el mínimo de 500 padrinazgos de cargos electos locales imprescindibles para que su candidatura fuera aceptada. La veterana ecologista Corinne Lepage (Cap 21) quería creer todavía anoche que algunas cartas llegadas a última hora por correo pudieran salvarla y hacerla entrar en la lista.

No será el caso del ex primer ministro Dominique de Villepin, eterno rival personal y político de Sarkozy, que ya anteanoche anunció en televisión la imposibilidad –salvo un “milagro republicano”, que no se produjo– de reunir las 500 firmas. Un modo honorable de retirarse de una carrera que podía acabar costándole una fortuna: los sondeos le daban menos del 2% de los votos, lejos del listón del 5% por debajo del cual la cantidad que reembolsa el Estado por los gastos de la campaña electoral es limitada: 800.000 euros. Todos los candidatos que sobrepasen el 5% pueden recuperar 8 millones de euros y los que pasen a la segunda vuelta, hasta 10,7 millones. A Villepin, a quien su ambición presidencial le ha costado su matrimonio, podría haberle costado además la ruina.

A punto de arrancar la campaña electoral oficial –el próximo martes, día 20–, las fuerzas aparecen bastante más equilibradas entre Nicolas Sarkozy y François Hollande que hace sólo un mes. Los dos últimos sondeos reflejan una cierta igualdad de partida, con ligera ventaja incluso para el presidente francés. Así lo constata la última encuesta –de ayer– del instituto Ifop, que vaticina un resultado en la primera vuelta favorable a Sarkozy por 27,5% a 26,5%. El instituto Opinion Way, en cambio, apostaba anteayer por un empate a 27,5%. Pero los cálculos de la segunda vuelta siguen arrojando una clara ventaja del aspirante socialista sobre el presidente: 54-55% a 45-46%.

Dada la correlación de fuerzas, y siempre que los institutos de sondeos no se equivoquen, parece muy difícil que la nueva líder del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen –acreditada con una intención de voto del 16-17%–, pueda repetir la hazaña de su padre, Jean-Marie Le Pen, que en 2002 descabalgó al entonces primer ministro socialista Lionel Jospin y pasó a disputar la segunda vuelta frente al presidente saliente Jacques Chirac.

La fuerza de Marine Le Pen relegaría esta vez al cuarto lugar al tercer hombre de las elecciones de 2007, el centrista François Bayrou (13%), presidente del Movimiento Demócrata (MoDem), partido fundado hace cinco años a partir de la histórica UDF de Giscard d’Estaing.

En quinto lugar aparece con fuerza el disidente socialista Jean-Luc Melenchon (10%), uno de los promotores del no en el referéndum europeo de 2005, líder del Partido de Izquierda y candidato de la coalición Frente de Izquierda, junto al Partido Comunista, tribuno de palabra afilada y discurso radical que ha empezado a arañar votos al PS.

Mala figura está haciendo, en contraste, la candidata de Europa Ecología-Los Verdes, la ex juez anticorrupción de origen noruego Eva Joly, célebre por su papel en el caso Elf y por su mal carácter. Los ecologistas, que de la mano de Daniel Cohn-Bendit consiguieron igualar a los socialistas en las elecciones europeas de 2008 con más del 16% de los votos, se dirigen hoy hacia el fracaso más absoluto, con una expectativa de voto de 2-3%.

Por detrás de Eva Joly, que los Verdes han asumido ya como un “error de casting”, el resto de los candidatos son todos testimoniales y apenas llegan cada uno a despertar un apoyo del 1%. Es así, en la derecha, para el líder de Debout la République, el nacionalista-soberanista Nicolas Dupont-Aignan, como, en la izquierda, para los dos candidatos trotskistas: Philippe Poutou, del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) –heredero de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR)–, y de Nathalie Artaud, de Lucha Obrera (LO). El décimo y más inesperado candidato es Jacques Cheminade (Solidaridad y Progreso), un oscuro personaje que ya intentó la aventura en 1995.

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