miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Demasiados deberes?

¿Y si se suprimieran los deberes de la escuela? Sueño de legiones de escolares, la idea ha sido seriamente puesta sobre la mesa esta semana por la principal federación de asociaciones de padres francesa, la FCPE –de tendencia progresista–, y el Instituto Cooperativo de la Escuela Moderna (Icem), que han llamado a padres y profesores a abrir un debate sobre la utilidad y la equidad de este sistema de aprendizaje.

Bajo el eslogan Ce soir, pas de devoirs!, las dos organizaciones han llamado a suspender los deberes en la escuela primaria durante dos semanas, a modo de experiencia y para fomentar la discusión entre padres y maestros. Es pronto todavía para conocer el impacto de la propuesta, en la que algunos han querido ver una especie de huelga, pero en muchas escuelas los niños regresaron el lunes y el martes a sus casas con la cantidad de deberes habitual y  no tuvieron más remedio que hacerlos, como cada día.

Los promotores de la campaña consideran que los deberes en casa sobrecargan en exceso la jornada de los escolares –que en Francia es una de las más elevadas de Europa, al no haber clase los miércoles– y, sobre todo, son una fuente de desigualdad, pues no todos los alumnos encuentran en su casa la misma disponibilidad y competencia en sus padres.

“Rechazamos los deberes porque son una forma de subcontrata pedagógica a las familias”, considera el presidente de la FCPE, Jean-Jacques Hazan, para quien “si un alumno no consigue hacer un ejercicio en la escuela, no se ve cómo lo debería conseguir en su casa”. La FCPE recuerda que, sobre el papel, los deberes fueron suprimidos por una circular del Ministerio de Educación de 1956. Sin embargo, siguen siendo una práctica muy extendida.

La FCPE ha abierto, con motivo de la campaña, un blog en internet para recoger opiniones de los padres. La mayoría de ellos se solidarizan con la campaña y explican los problemas familiares, el estrés y la tensión, que supone abordar los deberes al llegar a casa tarde del trabajo. “Los deberes se han convertido únicamente en una fuente de disputas, porque [los padres] no explicamos las cosas como el profesor y porque ni los niños ni nosotros tenemos la paciencia necesaria”, explica una madre, Julie M. La mayoría de los mensajes son parecidos.

Hay que decir que la idea no ha conseguido muchos adeptos fuera de las dos organizaciones promotoras de la campaña. La otra gran federación de asociaciones de padres, la PEEP –de tendencia conservadora–, ha rechazado la propuesta y ha salido en defensa de los deberes, que a juicio de su secretaria general, Myriam Menez, sirven para “preparar a los niños a ingresar en secundaria y a ser autónomos”.

El ministro de Educación Nacional, Luc Chatel, no ha apreciado tampoco demasiado la iniciativa, que calificó de “demagógica”. “Renunciar al esfuerzo que representan los deberes en nombre del supuesto bienestar del niño es una idea que no favorece la igualdad –pues da a entender que el trabajo personal fuera de clase sería vano, cuando los niños de familias favorecidas se beneficiarán siempre de un apoyo a domicilio– y daña el concepto mismo de mérito republicano”, afirmó.


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