Por edad, ambos tienen hoy 57 años, Nicolas Sarkozy y François Hollande deberían compartir la misma cultura musical. Pero sus gustos no pueden ser más dispares. Deudores de las nuevas estrategias del márketing político, los dos principales candidatos al Elíseo en las elecciones del 22 de abril y el 6 de mayo próximos han accedido a desvelar a los internautas sus canciones preferidas. En su elección se mezclan gustos particulares, afinidades personales y también innegables dosis de cálculo político.
No hay ni una sola canción repetida en las playlist de ambos políticos, que sin embargo coinciden en una cuestión de principio: la práctica totalidad de las piezas y los intérpretes citados son franceses. Sarkozy y Hollande se permiten un único pecado anglosajón: Love me tender (1956), de Elvis Presley, en el caso del presidente francés; Rolling in the deep (2011), de la cantante británica Adele, en el del candidato socialista. Historias de amor en ambos casos, pero de épocas diferentes.
Si se observa el año de aparición de las canciones, el más carroza es sin duda Sarkozy, quien en la lista que ha colgado en Deezer –integrada por nueve temas– sólo ha incluido tres grabados en el presente siglo. Aunque citado en último lugar, el más destacado es L’amoureuse (2008), la canción de amor que le dedicó su esposa, Carla Bruni, tras su boda.
Los vínculos personales pesan mucho en la elección del presidente de la República, que no porque sí ha elegido una canción de Calogero, C’est dit (2009), que es un canto a la amistad. Así, ha incluido a varios de sus amigos: Johnny Hallyday –Quelque chose de Tennessee (1985)–, Enrico Macias –Les gens du Nord (1967)– y Didier Barvelivien –Oncle Georges–, así como un amigo muy cercano de su mujer, Julien Clerc –Si on chantait (1972)–.
La canción de Macias, dedicada a los obreros del norte industrial –“La gente del Norte se levanta temprano, pues de ello depende su suerte”–, contiene asimismo un mensaje político y evoca uno de los lemas de campaña de Sarkozy en 2007 sobre “la Francia que se levanta temprano”. También en clave política, ha seleccionado Ils sont tombés (1976), de Charles Aznavour, dedicada a las víctimas del genocidio armenio –asunto en el que el presidente se ha comprometido a fondo, para irritación de Turquía–, y Chanson pour l’Auvergnat (1954), de Georges Brassens, un canto a la solidaridad y un guiño a la chanson comprometida.
Parecido homenaje al espíritu libertario de los clásicos hace François Hollande al incluir en su lista de 10 canciones –colgadas en Skeud– la Jolie Môme (1961) de Léo Ferré. Por no hablar del himno de la Resistencia, Le Chant des Partisans, aunque en una versión moderna grabada en 1997 por el grupo tolosano Zebda en el álbum Les Motivés.
La selección del presidenciable socialista, por lo demás, no puede ser más actual: Pourquoi battait mon coeur (2011), de Alex Beaupain; Je veux (2010), una pieza contra la tiranía del dinero de Zaz; Angela (2010), un homenaje de Yannick Noah –que apoya su campaña– a la histórica activista negra norteamericana Angela Davis; La Superbe (2009), de Benjamin Biolay; Elle panique (2009), de Olivia Ruiz; Ohwo (2007), de Nolwenn Leroy, y Temps à nouveau (1992), de Jean-Louis Aubert. Esta última, también con mensaje: “Ha llegado de nuevo el momento de tomar nuevo aliento, ha llegado de nuevo el momento de lanzarnos al agua.
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