Rafael Nadal ha entrado en la 82ª edición de Roland Garros como una apisonadora que arrolla a todo aquel que se le resiste. El tenista español, séxtuple campeón en París y actual número dos del mundo, ha arrancado el torneo con una fuerza y una facilidad pocas veces vista. “Estoy disfrutando más que sufriendo”, admitió ayer tras aplastar al uzbeko Denis Istomin en tan sólo tres sets y menos de dos horas de juego. El próximo oponente del mallorquín en la tercera ronda, el argentino Eduardo Schwank –número 192 del ránking–, no puede hacerse demasiadas ilusiones.
En contraste con otros inicios de torneo más titubeantes, Nadal –suelto y confiado– avanza esta vez de forma imparable. En sus dos primeros partidos, únicamente ha perdido nueve de los 45 juegos disputados, un nivel por encima del que están demostrando sus dos máximos rivales potenciales: el serbio Novak Djokovic, que encabeza la clasificación mundial, y el suizo Roger Federer, actual número 3 del ránking.
“Me está costando todo menos que el año pasado, se me está haciendo todo bastante ameno, me siento feliz”, expresó Nadal, quien valoró especialmente su buen momento por contraste con el final de la temporada pasada y su “mala” actuación en el Masters: “Acabé agotado”, afirmó.
El partido de ayer contra Denis Istomin, a quien Nadal ya había batido en dos ocasiones en 2010 –en el torneo de Queen’s y en US Open–, no ofreció ninguna dificultad para al español, que se impuso en 1 hora y 50 minutos por el resultado inapelable de 2-6, 2-6 y 0-6. El tenista uzbeko, de 25 años y número 43 de la clasificación mundial, nunca había logrado pasar de la segunda ronda en sus dos participaciones en Roland Garros, y ayer volvió a tropezar. Para Nadal, el partido de ayer fue mucho más fácil que los encuentros anteriores con Istomin. Y también que el primer partido contra el italiano Simone Bolelli, que jugó muy fuerte y agresivo. “El primer partido fue más complicado y jugué correcto, hoy [por ayer] he jugado mejor”, declaró Nadal. El partido de ayer, con numerosas jugadas en la red, fue más bonito y vistoso.
El tenista español, que rompió siete veces el servicio de su rival, superó los tres sets sin grandes complicaciones. El momento más peliagudo, sin llegar a ser realmente peligroso, se produjo hacia la mitad del segundo set, que fue también el más largo –46 minutos– y el más disputado. Cuando Nadal ganaba por 2-3, Istomin pudo haber igualado. Pero finalmente acabó cediendo el 2-4 y, después, todo el set. El tercero fue ya para el campeón mallorquín un paseo militar: el tenista uzbeko sólo logró marcar cinco puntos y en tres de los seis juegos quedó completamente en blanco.
El inicio de torneo del número 1 mundial no ha tenido la misma fuerza. Novak Djokovic ha pasado también sin problemas a la tercera ronda, pero sus resultados han sido menos abultados: 7-6, 6-3 y 6-1 contra el italiano Potito Starace y 6-0, 6-4 y 6-4 contra el esloveno Blaz Kavcic. Un poco más costoso ha sido para Roger Federer, que venció en la primera ronda por 6-2, 7-5 y 6-3 al alemán Tobias Kamke y perdió un set en el partido de la segunda ronda frente al rumano Adrian Ungur: 6-3, 6-2, 6-7 y 6-3. De todos modos, Federer sumó un nuevo récord, con 234 partidos ganados en un torneo del Grad Slam.
Junto a Nadal, otros tres españoles han pasado a la tercera ronda en Roland Garros. Se trata de David Ferrer, que se ha deshecho del eslovaco Lukas Lacko y el francés Benoit Paise; Fernando Verdasco, que se ha impuesto al belga Steve Darcis y al luxemburgués Gilles Muller –lo que casi le asegura una plaza para los Juegos Olímpicos de Londres–; y Nicolas Almagro, que ha eliminado al italiano Paolo Lorenzi y al chipriota Marcos Baghdatis.
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