Un individuo, al parecer con las facultades mentales perturbadas, sembró ayer la psicosis en Toulouse al tomar cuatro rehenes en una sucursal bancaria de la ciudad en nombre supuestamente de Al Qaeda. El incidente, que acabó con la detención del secuestrador y la liberación sanos y salvos de los rehenes, hizo revivir por unas horas el trágico mes de marzo pasado, cuando un islamista radical, Mohamed Merah, asesinó a siete personas en Toulouse y sus alrededores antes de ser muerto por la policía. Llamativa concidencia, entre el banco y el piso donde se atrincheró Merah hace tres meses hay apenas 250 metros de distancia...
Todo empezó como un atraco fallido. El asaltente, Fetih Boumaza, de 26 años, entró pasadas las diez de la mañana en la sucursal del banco CIC –del grupo Crédit Mutuel– en el número 72 de la avenida Camille Pujol y exigió la entrega de todo el dinero. A la vista de que nadie le tomaba en serio sacó un arma, efectuó un disparo y tomó como rehenes a las cuatro personas que se encontraban en ese momento en la oficina, entre ellas su director.
Pronto se vio, sin embargo, que el asalto tenía poco de un atraco convencional. El secuestrador, con antecedentes por problemas psiquiátricos, reivindicó su acción en nombre de la organización terrorista internacional Al Qaeda y reclamó la presencia en el lugar de un equipo del RAID, la unidad policial que el 22 de marzo pasado acabó con la vida del terrorista Mohamed Merah cuando intentaba detenerle.
El fiscal de Toulouse, Michel Valet, que se presentó rápidamente en el lugar de los hechos, subrayó que Boumaza había explicado a los agentes que intentaban negociar su rendición que no había actuado movido por el dinero, sino por “convicciones religiosas”. Aunque –según matizaría después– sus reivindicaciones religiosas parecían incoherentes y mal expresadas. “Su acción parece vinculada a sus problemas psicológicos”, aventuró el fiscal.
Terrorista o loco, la policía parece inclinada por esta segunda hipótesis, toda vez que en lugar de relaciones con los círculos islamistas radicales lo que se le conoce es un internamiento en un hospital psiquiátrico en 2007. Su expediente judicial está en blanco.
Consecuencia probable de sus problemas psíquicos, en cualquier caso el asaltante parece haber preparado su golpe con la vista puesta en Mohamed Merah. La fecha elegida para asaltar el banco –casi exactamente un mes después de la operación policial para detemer a Merah– no parece fruto del azar. Tanto más cuanto que la sucursal se encuentra muy cerca del domicilio del terrorista de Toulouse. A dos pasos de la oficina del CIC, literalmente a dos pasos, se concentraban hace tres meses periodistas, fotógrafos y cámaras de todo el mundo para cubrir el asalto del RAID...
Mohamed Merah fue acribillado por la policía el 22 de marzo cuando intentaba eludir el cerco policial. Entre el 11 y el 19, el joven yihadista sembró el terror en Toulouse y su región al asesinar a tres militares franceses de unidades enviadas a Afganistán –un cuarto quedó inválido–, y a un profesor y tres niños de una escuela confensional judía.
Pese a las peticiones del secuestrador, ayer no se presentó el RAID –muy criticado por su actuación en el caso Merah– en el barrio de la Côte Pavée, sino dos unidades del Grupo de Intervención de la Policía Nacional (GIPN) de Burdeos y Marsella. El desenlace fue también muy diferente. El asaltante liberó primero –en un intervalo de una hora– a dos de los rehenes, dos mujeres, a cambio de agua y comida. Los otros dos fueron liberados por la policía, que dio el asalto poco antes de las cinco de la tarde. El secuestrador fue herido un un muslo y una mano.
Denuncia contra el RAID por asesinato
El padre de Mohamed Merah, Mohamed Benalel Merah, residente en Argelia, cumplió el lunes sus amenazas y presentó una denuncia contra los máximos responsables de la Policía Nacional francesa por haber dado presuntamente la orden a de asesinar a su hijo. Los representantes de las víctimas de Merah han acusado al padre de montar una “fábula”.
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