viernes, 8 de junio de 2012

El espejo de Eleanor Roosevelt

Valérie Trierweiler, la compañera sentimental del nuevo presidente francés, François Hollande, no le gusta que le llamen “primera dama”. Lo encuentra “anticuado”, confesó ella ayer mismo en una breve entrevista radiofónica en France Inter, en la que abogó por buscar una nueva fórmula: “Como quiero cambiar un poquito las cosas, quizá habrá que renovar también ese término”, dijo.

Pero si la denominación y hasta el concepto mismo de First Lady –importado de Estados Unidos– le parece trasnochado, Trierweiler ha ido justamente al otro lado del Atlántico y más de medio siglo atrás para encontrar un modelo en el que inspirarse: el de Eleanor Roosevelt, la primera dama del New Deal. En plena crisis económica mundial, frente a la que su marido intenta movilizar a la Unión Europea para tratar de revitalizar la economía con un programa de inversiones públicas –siguiendo modestamente el ejemplo de lo que hizo el presidente Franklin D. Roosevelt en los años treinta–, la elección de la figura de Eleanor se presta a numerosas lecturas.

La nueva première dame francesa no la ha escogido al azar, sino por los paralelismos que pueden encontrarse con su situación personal. Periodista política durante más de veinte años en Paris Match –gracias a lo cual conoció a Hollande, por otra parte– Valérie Trierweiler está empeñada en seguir ejerciendo su profesión y ha llegado a un acuerdo con la dirección de su semanario para seguir trabajando a distancia y publicar dos o tres artículos al mes sobre temas culturales. “Mi profesión es vital para mí”, subrayó, tanto por su necesidad de ganarse la vida –“tengo tres hijos a mi cargo”, dijo– y mantener su “independencia financiera”, como por una cuestión personal: “Es una parte de mi existencia a la que no pienso renunciar”, zanjó.

La nueva cronista cultural de Paris Match se estrenó precisamente ayer con un artículo dedicado a la biografía que sobre la esposa del presidente Roosevelt –“Eleanor Roosevelt. Primera Dama y rebelde”– ha publicado Claude-Catherine Kiejman en Taillandier. La elección del tema y la forma de abordarlo constituyen en sí mismos una declaración de intenciones: “¡Mira por dónde! Una First Lady periodista no es una novedad. Evidentemente, hay que mirar al otro lado del Atlántico para encontrar ese caso único y no escandalizarse”, escribe Trierweiler, quien más adelante recuerda que la prensa norteamericana no encontró “materia de polémica” en el hecho de que Eleanor Roosevelt publicara artículos de forma regular en los medios de comunicación, así como una célebre columna diaria –My Day– en diversos diarios del país sobre sus actividades en la Casa Blanca. La esposa del presidente norteamericano, más que propiamente periodista –que no era su profesión– utlizó los medios como plataforma de su activismo político en defensa de los derechos civiles y de la mujer.

Eleanor Roosevelt tuvo en los años treinta y cuarenta –y aún después– un papel político de primer orden, ademas de ser una voz independiente que no dudó en contradecir públicamente a su marido en cuestiones de envergadura. Valérie Trierweiler no parece, de momento, aspirar a tanto. Y su influencia sobre al presidente francés tiende a minimizarla: “No le doy consejos. Puedo hacer alguna observación de vez en cuando, pero en nada esencial".



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