domingo, 17 de junio de 2012

Hollande, sin hipotecas

François Hollande tendrá las manos libres para gobernar. Los últimos sondeos sobre la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, que se celebran hoy, sitúan a los socialistas a un paso de lograr la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, lo que liberará al presidente francés de la hipoteca de la extrema izquierda. Una mayoría insuficiente, con un Partido Socialista necesitado de los votos del radicalizado Frente de Izquierda en el Parlamento, era el peor escenario posible para el Elíseo, que hubiera debido enfrentarse a grandes dificultades para llevar a término sus planes en materia de política económica y europea. Ese riesgo parece hoy descartado.

Para Hollande, en el contexto de la crisis, contar con un Parlamento afín es crucial. El presidente francés, que hasta ahora sólo ha hablado de gastar y ha mantenido una brumosa ambigüedad sobre sus planes en materia de reducción del gasto público, deberá a partir de mañana salir del armario y hablar con claridad. Y lo que tenga que decir seguramente no va a gustar. Su programa electoral ya implicaba una determinada dosis –no concretada– de austeridad, pero el empeoramiento de la situación –las previsiones de crecimiento económico están hoy lejos del 0,5% previsto inicialmente por el equipo de Hollande para este año y del 1,7% para el año que viene– obligará a aumentar el alcance de los recortes. La salvación de la zona euro exigirá asimismo hacer concesiones de soberanía en aras de un compromiso con la canciller alemana, Angela Merkel, con quien las relaciones pasan por un momento extremadamente delicado y tenso. Para navegar en medio de toda esta tempestad, el presidente necesita una mayoría confortable.

Los sondeos indican que, con toda probabilidad, así será. La mayoría de las encuestas –las de BVA, Ipsos, TNS-Sofres y Opinion Way– atribuyen a los socialistas un mínimo de 295-303 escaños, claramente por encima del umbral de la mayoría absoluta, que está fijada en 289. Sólo dos institutos de opinión –Harris y CSA– le dan por debajo de esta cifra, pero por muy poco: 287. En el peor de los casos, pues, al PS le bastaría con el apoyo de Europa Ecología-Los Verdes, que podría obtener entre 11 y 20 diputados. En tal supuesto, Hollande no se enfrentaría a ninguna dificultad especial, pues los ecologistas tienen un acuerdo programático y electoral con los socialistas, y están presentes ya en el Gobierno.

La coalición Frente de Izquierda del airado Jean-Luc Mélenchon –con entre 8 y 13 escaños– quedaría lejos de los 19 que tienen hoy los comunistas y sus aliados y sufriría así un nuevo correctivo, después de la decepción de la elección presidencial –en la que quedó en cuarto lugar–, el modesto resultado de la primera vuelta de las legislativas –6,9%– y el fracaso del duelo con la líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, en Hénin-Beaumont. El Frente de Izquierda no tendría peso específico suficiente para condicionar al Gobierno.

El triunfo socialista no representará, a priori, un descalabro para la derecha. La UMP, junto con sus aliados del Nuevo Centro y el Partido Radical, podría obtener de 202 a 263 escaños. Un resultado que aleja todo riesgo de desintegración, pero que en cualquier caso puede dejar fuera del Palacio Bourbon hasta a un centenar de diputados de la derecha.

La gran incógnita de la votación de hoy, más allá del futuro incierto de algunas personalidades políticas –desde Ségolène Royal a François Bayrou–, es el resultado que puede obtener la ultraderecha, que podría abrirle de nuevo las puertas del Parlamento. El FN entró por primera vez en la Asamblea Nacional en 1986 –gracias al sistema proprocional adoptado por decisión de François Mitterrand–, lo que le permitió conseguir 35 escaños. De vuelta al sistema mayoritario, en 1997 un candidato del FN –Jean-Marie Le Chevallier, a la sazón alcalde de Toulon– consiguió otra vez un acta de diputado, pero las irregularidades en la financiación de su campaña llevaron a la justicia a invalidar su elección en 1998.

Desde entonces, ningún militante del FN ha vuelto a sentarse en el hemiciclo. Esto podría cambiar hoy. Los sondeos calculan que los frentistas podrían obtener hasta un máximo de cinco escaños. En tal caso, la victoria del FN tendría mucho de un triunfo familiar, pues las dos candidatas mejor situadas para resultar elegidas son Marine Le Pen y su sobrina, Marion Maréchal-Le Pen .


El incierto efecto de un tuit

La polémica sobre el tuit de Valérie Trierweiler había desaparecido ayer ya totalmente de las pantallas. El acceso de fiebre provocado por el comentario de la primera dama en Tweeter contra Ségolène Royal habrá durado cuatro días... Pero puede reaparecer más pronto o más tarde. Todo dependerá del resultado que obtenga hoy la ex mujer de François Hollande en la circunscripción de La Rochelle, donde sus posibilidades son en principio remotas. Si cae derrotada, estará tentada de ajustar cuentas con quienes han alentado a su rival. Si, por el contrario, se salva in extremis, cabrá preguntarse hasta qué punto el affaire del tuit puede haber acabado por contribuir paradójicamente a su victoria. Pero más allá de todo ello, sólo el tiempo dirá en qué medida este asunto puede haber dañado la imagen de un Hollande aparentemente incapaz de imponer la paz entre su mujer y su ex mujer. Nicolas Sarkozy obtuvo una aplastante mayoría absoluta en 2007, sin que la fiesta de Fouquet’s o el viaje en el yate de Bolloré le afectaran. La factura, sin embargo, vino más tarde.






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