¿Fue el
accidente de esquí del ex piloto Michael Schumacher un caso de mala suerte?
Todavía es pronto para asegurarlo, pero al fiscal de Albertville (Alpes
franceses), Patrick Quincy, que dirige la investigación judicial, sólo le faltó
ayer decirlo. A su juicio, no parece que hubiera ni deficiencias en las
instalaciones, ni fallos técnicos, ni tampoco imprudencia.
De acuerdo con el estado actual de las investigaciones, el
séptuple campeón mundial de Fórmula 1 se salió “deliberadamente” de la pista
por la que estaba descendiendo sin que ello pueda atribuirse a un error de su
parte ni a una deficiencia imputable a la estación de esquí de Meribel.
Las pistas cumplían –según el fiscal– las normas francesas
en materia de señalización y, además, Schumacher conoce perfectamente la
estación, donde esquía regularmente desde hace años. El expiloto, que sigue
ingresado en el hospital de Grenoble en un un estado “crítico pero estable”, no
es precisamente un principiante –es “muy buen esquiador”, remarcó el fiscal–, no
esquiaba a una velocidad excesiva o inapropiada (aunque aún no ha podido
establecerse con exactitud), y los esquíes que calzaba, casi nuevos y de gran
calidad, no pudieron causar el accidente.
Los investigadores de la Gendarmería Nacional especializados
en accidentes de alta montaña han podido reconstruir lo sucedido gracias al
testimonio de diversos testigos presenciales y, sobre todo, a una grabación de
dos minutos registrada por la cámara de vídeo que Schumacher llevaba adosada en
su casco.
El accidente sobrevino a las 11 de la mañana del 29 de
diciembre, a 2.700
metros de altitud. Schumacher descendía por una pista
roja –Les Chamois–, cuando giró a la izquierda, abandonó la pista y se adentró
en una zona de rocas que se encuentra entre ésta y otra pista azul –La Biche– y
que es bastante frecuentada por los esquiadores. El ex piloto chocó con sus
esquíes contra una roca oculta por la nieve, perdió el equilibrio, salió
lanzado hacia adelante 3,5
metros y se golpeó con la cabeza contra otra roca. La
violencia fue tal que el casco que llevaba se partió en dos. No estaba a más de
ocho metros de la pista que había abandonado.
El comandante de la Gendarmería Stéphan Bozon indicó que la
velocidad que llevaba Schumacher en ese momento era la “inducida normalmente
por la pendiente” y no se percibe que cometiera ninguna imprudencia. ¿Se
adentró en la zona de rocas para auxiliar a un accidentado como ha indicado su
familia? En el campo de visión de su cámara no aparece nadie. Y la fiscalía no
tiene noticia de la supuesta grabación realizada casualmente por un auxiliar de
vuelo alemán.
El diario Le Figaro apuntaba ayer que
la estación de Meribel fue condenada en el 2009 por un accidente similar en una
pista cercana que, según el fallo judicial, no estaba bien señalizada. El
fiscal de Albertville consideró ayer prematuro atribuir responsabilidades pero
apuntó que las comprobaciones efectuadas confirman que la señalización de la
zona cumplía la reglamentación francesa vigente en la materia.
Queda por ver si la zona rocosa por donde se adentró
Schumacher puede ser judicialmente considerada como una “pista de hecho”. Se
trata de una noción jurídica que define determinadas zonas esquiables no
balizadas pero “toleradas” por las estaciones de esquí –y frecuentadas por los
esquiadores–, razón por la cual esquiar por ellas no puede asimilarse
exactamente a hacerlo “fuera de pistas”. De si la zona donde se accidentó
Schumacher es considerada o no una “pista de hecho”, depende la eventual
atribución de responsabilidades. En este caso, la zona estaba marcada, pero no
vallada. El fiscal aseguró ayer que esta cuestión será “analizada con gran
cuidado”.
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