No ha llegado el momento
de echarse las culpas. No todavía. Tres días después de consumada su
ruptura sentimental con François Hollande y de abandonar el palacio del Elíseo,
Valérie Trierweiler no siente –o no quiere mostrar– ningún rencor hacia el
presidente francés. Y prefiere, por el momento, buscar la causa de sus
desgracias en la política. “El poder ha roto nuestra relación”, confió ayer la ex primera
dama de Francia a un grupo de periodistas franceses con quien conversó de
manera informal durante su visita humanitaria a la India, organizada por Acción
contra el Hambre. “Si François Hollande no hubiera sido presidente, quizá
todavía estaríamos juntos”, aventuró Trierweiler, quien por primera vez se
expresaba públicamente sobre su separación.
La política, ciertamente, emponzoñó la relación de la
pareja, puesta seriamente a prueba por las exigencias de la jefatura del
Estado. Trierweiler no supo en un primer momento cómo asumir su función de
primera dama y cuando por fin empezó a encontrar su camino era ya demasiado
tarde: su controvertido tuit enviado en junio del 2012 –poco después de la
llegada de Hollande al Elíseo– para sabotear la campaña de las legislativas de
Ségolène Royal, la ex compañera del presidente y madre de sus cuatro hijos,
marcó un serio enfriamiento con Hollande y fue aprovechado por sus enemigos
internos para segarle la hierba bajo los piés.
Trierweiler denunció ayer la “hipocresía” del mundo
político, su violencia y sus golpes bajos... algo que después de haber cubierto
como periodista durante largos años la política francesa para Paris
Match –de ahí conoció a Hollande– debería todo menos sorprenderle (algunos
colegas no se abstenían ayer de subrayarlo). Su desagrado, en todo caso, es hoy
tan acusado que si bien su intención es seguir ejerciendo como periodista,
preferiría no reincidir en este campo: “Todo menos política”, dijo ayer, a la
par que se mostraba dispuesta a seguir comprometida en el terreno de la
cooperación humanitaria.
La ruptura de la pareja presidencial –política aparte– no
puede entenderse sin el romance que François Hollande ha mantenido secretamente
en el último año o dos años –las fuentes divergen al respecto– con la actriz
Julie Gayet, y cuya revelación por la revista Closer precipitó los acontecimientos. Pero, como es lógico, Trierweiler no quiere por
el momento hablar de ello. Todo lo más, se permite una ironía al responder a
quienes, desde la oposición, han comparado el comunicado de Hollande para dar a
conocer oficialmente su separación con una “carta de despido”, subrayando que
en su caso no se han cumplido los trámites exigidos por la legislación laboral:
“No ha habido preaviso”, dijo.
El entorno de Trierweiler sostiene que la ex primera dama y
el presidente han puesto fin a su relación en “buenos términos”, que no hay
ninguna “guerra” entre ambos y que sin duda seguirán en contacto en el futuro
inmediato... En todo caso, el acuerdo que la pareja alcanzó el jueves pasado
para consumar su separación –a la que Hollande estaba totalmente determinado–
parece haber satisfecho a Trierweiler, que mantiene el uso del apartamento de
alquiler que ambos compartían en la calle Cauchy, en el distrito XV de París, y
ha obtenido al parecer una compensación económica por el hecho de haber
renunciado parcialmente a su trabajo para acompañar al presidente en su campaña
electoral y en el Elíseo. La ex primera dama tiene tres hijos de su anterior
matrimonio, uno de los cuales es menor.
Valérie Trierweiler, a pesar de su mala experiencia
personal, defendió finalmente la vigencia y la utilidad del puesto de primera
dama. “No me molesta que me llamen ex primera dama, yo lo he sido –afirmó–, es
importante que haya una en el Elíseo”. En contra de su opinión, Hollande no
tiene intención de seguir su consejo. Los miembros del gabinete de la primera
dama ya han recibido –estos sí– las cartas des despido y su figura ha
desaparecido de la página web de la Presidencia.
La dama más bella
Valérie Trierweiler, escasa de elogios y de cariño estos últimos tiempos, no se resistió ayer a redifundir a través de su cuenta personal en Twitter un simpático tuit de los niños del Socorro Católico (Cáritas) de Clichy-sous-Bois: "Nosotros, los niños del SecoursPop, la queremos. ¡Usted sigue siendo la dama más bella!", escriben. La declaración está firmada por "Sira y sus compañeras".
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