martes, 7 de enero de 2014

La República, contra el bufón

La quenelle es una especie de croqueta típica de la gastronomía lyonesa. Pero desde hace unos meses designa también un provocador saludo, a medio camino entre el corte de mangas y el brazo en alto nazi invertido, creado por el humorista Dieudonné con un significado calculadamente ambiguo: formalmente antisistema, es implícitamente antijudío. La quenelle se ha extendido por toda Francia en los últimos meses, así en las banlieues como en el ejército –dos militares fueron sancionados el pasado mes de septiembre por realizar este gesto frente a una sinagoga de París–, entre los líderes históricos de la extrema derecha –como Jean-Marie Le Pen y Bruno Gollnisch– o entre algunos futbolistas, como Nicolas Anelka. El saludo del jugador del West Bromwich Albion durante un partido contra el West Ham el 28 de diciembre pasado ha agotado la paciencia del Gobierno francés, que ha decidido poner fin a las derivas del humorista, quien en los últimos años utiliza las tablas de los teatros para predicar el antisemitismo.

El ministro del Interior, Manuel Valls, que ha tomado este asunto como algo personal, envió ayer una circular a todos los prefectos de Francia invitándoles a ser extremadamente rigurosos con Dieudonné y a prohibir sus espectáculos ante el más mínimo riesgo de alteración del orden público. Para Valls, que ha calificado a Dieudonné de “pequeño empresario del odio”, sus espectáculos tienen menos de humor que de mitin político. El propio interesado, admirador declarado de Mahmud Ahmadineyad y Muamar el Gadafi, de Hezbollah y Bachar el Asad, lo admitió en una entrevista a la televisión iraní Sahar en el 2011, donde alegaba que el humor era el “único medio de expresión” que le habían dejado. “Yo hago reir, pero soy un combatiente”, afirmó tras definirse como un militante antisionista.

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, expresó su convicción de que la prefectura del Loira-Atlántico prohibirá la representación este jueves, en el teatro Zénith de Nantes, de su espectáculo Le Mur (El muro), con el que el humorista –que habitualmente actúa en un local propio en París,el Théâtre de la Main d’Or– piensa abrir una gira por provincias. La familia Klarsfeld, conocidos cazadores de nazis, ha convocado una manifestación para mañana miércoles en Nantes, mientras el Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (Crif) llamó por su parte a acciones de protesta en todas las ciudades donde actúe Dieudonné.

La censura a la actitud del humorista es general. Organizaciones como SOS Racisme o la Liga contra el racismo y el antisemitismo (Licra) han anunciado que perseguirán judicialmente las quenelles. La mayoría de los partidos son muy severos también con Dieudonné, si bien hay discrepancias sobre la reacción adecuada. Así, las formaciones a la izquierda de Partido Socialista cuestionan la prohibición de sus espectáculos, por atentar contra el derecho a la libertad de expresión y defienden acciones penales a posteriori. La derecha, en general, aplaude la acción de Manuel Valls. Así lo ha hecho el presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, mientras el ex primer ministro Alain Juppé, alcalde de Burdeos, ha decidido prohibir el espectáculo en su ciudad, programado el 26 de enero.

“El Holocausto nos ha costado caro, todavía lo estamos pagando”, “¿Cuál es el proyecto nazi en el 2013? ¿Fabricar jabones con la crema del show-bussines francés? Oh... es un proyecto muy bonito”, “Cuando oigo hablar a Patrick Cohen (periodista radiofónico), me digo, ves, las cámaras de gas... Lástima”. Comentarios de este tenor –y otros más directos sobre la “mafia judía”– jalonan de forma constante los espectáculos de Dieudonné, al que acuden desde curiosos hasta simpatizantes de la extrema derecha y el islamismo radical. El humorista ataca sistemáticamente a todos los artistas de origen judío, desde el showman Arthur al cantante Patrick Bruel, pasando por el actor Gad Elmaleh –compañero sentimental de Carlota de Mónaco– y el también humorista Elie Semoun, con quien formó una pareja cómica de éxito en los años 90.

Porque Dieudonné M’bala M’bala, nacido hace casi 48 años en Fontenay-aux-Roses (región de París) –hijo de un camerunés y una bretona–, fue un tiempo de izquierdas y antirracista. O así lo parecía. Pero a partir de mediados de los años 2000 inició una deriva hacia el antisemitismo y el negacionismo más furibundos, hasta el punto de que en el 2009 encabezó una lista “antisionista” en las elecciones europeas.

Sus provocaciones y sus ataques racistas y antisemitas le han valido más de media docena de condenas judiciales, que se han saldado hasta ahora con la imposición de multas por decenas de miles de euros. Sin embargo, el bufón, que no tiene nada a su nombre –todo es propiedad formal de su mujer, Noémie Montagne– nunca ha pagado nada, a pesar de los suculentos emolumentos que obtiene de sus numerosos productos de marketing.



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