Jacques Servier, de 90 años, fundador y presidente de Laboratorios Servier, se sentó ayer en el banquillo de los acusados en el Tribunal de Nanterre (periferia de París), en el primer proceso que se sigue contra él y contra su farmacéutica por el caso Mediator. El Mediator, fármaco que en España se comercializó bajo el nombre de Modulator, fue vendido abundantemente en Francia entre 1976 y 2009 –año en que fue retirado– como un medicamento contra la diabetes, cuando en realidad era recetado en regímenes de adelgazamiento como inhibidor del apetito.
La Agencia francesa de seguridad sanitaria y productos de salud calculó en 2010 que los efectos secundarios de este fármaco –causante de graves lesiones en las válvulas cardíacas– pueden haber causado en esos treinta años entre 500 y 1.500 muertes. Unos 600 perjudicados se han constituido en parte civil en la causa, limitada en este caso a un presunto delito de fraude agravado. Sevier es acusado de haber ocultado “deliberadamente” la composición exacta del Mediator, particularmente la naturaleza “anorexígena” de su principio activo, el Benfluorex.
Servier está procesado en otro sumario, instruido en este caso por un juez de París, que incluye además los cargos de homicidio y que alcanza también a la responsabilidad de las autoridades sanitarias de control. Pero ante el temor de que la instrucción se prolongue durante años, los abogados de los perjudicados decidieron iniciar otro procedimiento paralelo –más concreto y limitado– en Nanterre para poder conseguir indemnizaciones más rápidamente. Los defensores de Servier han presentado una impugnación alegando que no puede haber dos causas judiciales por los mismos hechos.
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