lunes, 21 de mayo de 2012

Los recortes empiezan por uno mismo

La primera medida aprobada por el nuevo Gobierno de François Hollande, reunido ayer por primera vez en Consejo de Ministros, ha sido un recorte. Pero no en la sanidad, la educación o las prestaciones sociales –al menos, no por el momento–, sino en el sueldo del presidente de la República y de sus ministros. Hollande lo había anunciado durante la campaña electoral y, siguiendo sus instrucciones, ayer el Gabinete acordó rebajar un 30% los salarios del jefe del Estado, del primer ministro y de todos los demás miembros del Ejecutivo. La oposición se apresuró a relativizar la importancia de este gesto, que se pretende ejemplarizante, al subrayar que el nuevo Gobierno francés es mucho más numeroso que el que nombró Nicolas Sarkozy en 2007 y, por tanto, costará más caro a las arcas públicas.

Con la decisión tomada ayer, el sueldo del presidente francés y de su primer ministro, Jean-Marc Ayrault, pasa de 21.300 a 14.910 euros brutos al mes, mientras que el de los ministros lo hace de 14.200 a 9.940 euros mensuales. En el caso de que en el futuro se nombraran secretarios de Estado, su salario bajaría asimismo de 13.490 a 9.443 euros. Esta rebaja será inmediatamente aplicable –por decreto– para los ministros, mientras que en el caso del jefe del Estado y del jefe del Gobierno deberá esperar a la aprobación, por parte del nuevo Parlamento que surja de las elecciones legislativas de junio, de la Ley Rectificativa de Finanzas Públicas. Pero será retroactiva.

Nicolas Sarkozy fue muy criticado hace cinco años, no del todo justamente, cuando decidió subirse el salario un 170%. Lo único que hizo el ex presidente francés en aquel momento fue igualar el sueldo del presidente de la República con el que disfrutaba ya el primer ministro. Su antecesor, Jacques Chirac, en realidad cobraba mucho más, puesto que a su salario podía añadir todas las pensiones que cobra por los numerosos cargos que tuvo en su larga trayectoria política: miembro del Tribunal de Cuentas, diputado, alcalde de París...

Los nuevos ministros, cuya primera reunión duró 50 minutos, tuvieron que firmar asimismo una Carta de Deontología con una serie de reglas que se comprometen a respetar: desde evitar todo conflicto de intereses hasta renunciar a la acumulación de cargos –como alcalde o presidente de región–, e incluso respetar el código de circulación cuando se desplacen en vehículo oficial (¡se acabó el exceso de velocidad y saltarse los semáforos en rojo!). “La eficacia y la ejemplaridad son las palabras maestras de este Gobierno”, subrayó a término del Consejo de Ministros la flamante y joven portavoz del Ejecutivo, Najat Vallaud-Belkacem, de 34 años, quien ya ejerciera esta función durante la campaña electoral de François Hollande y, hace cinco años, de Ségolène Royal.

Al secretario general de la UMP, Jean-François Copé, no le convencieron nada las promesas y los gestos del nuevo Ejecutivo, que calificó de “impostura”. “El nuevo Gobierno tiene 14 miembros más que el primer Gobierno de François Fillon en 2007: hemos pasado de 15 ministros, cuatro secretarios de Estado y un Alto Comisario, a 34 ministros y ministros delegados”, remarcó el líder de la derecha, qujen aseguró que “la rebaja de salarios del 30% no puede enmascarar esta realidad: el Gobierno de François Hollande va a cosar mucho más caro al contribuyente”. Lo que Copé no dijo es que, bajo Nicolas arkozy, el Ejecutivo ascendió pronto hasta los 31 miembros.

Entre las medidas ejemplarizantes que Hollande prometió durante la campaña está también la limitación de los salarios de los presidentes de las empresas públicas, que no podrá ser más de 20 veces superior al sueldo más bajo de su empresa. La medida, sin embargo, sólo podrá aplicarse en las sociedades en que el Estado es el accionista mayoritario y –detalle importante– únicamente cuando haya un nuevo nombramiento: la legislación laboral también protege a los patrones.


Rápido, rápido

François Hollande ha entrado en funciones a una velocidad de vértigo. El nuevo presidente francés no sólo acudió a visitar a la canciller alemana, Angela Merkel, el mismo día de su toma de posesión el pasado martes –algo que ya hizo Sarkozy en 2007–, sino que además nombró también a su primer ministro, Jean-Marc Ayrault poco antes de tomar el avión hacia Berlín. Sólo veinticuatro horas después, al atardecer del miércoles, ya tenía designado al nuevo Gobierno y ayer a primera hora de la tarde, después de una fulgurante cadena de relevos en los minsterios realizada durante la mañana, el Consejo de Ministros se reunió por primera vez en el Elíseo. Una actividad que contrastaba fuertemente con una Francia entregada al largo puente festivo de la Ascensión. Al término de la reunión, el presidente francés partió en avión hacia Washington...






No hay comentarios:

Publicar un comentario