martes, 18 de marzo de 2014

Impares ganan, pares pierden


Las buenas palabras y la gratuidad del transporte público –autobuses, metro y trenes de cercanías– no hicieron el viernes pasado ninguna mella en los conductores de París y su corona metropolitana, ahogada desde hace una semana por una elevada polución. Así que el Gobierno francés decidió el fin de semana tomar medidas más drásticas y ayer impuso la circulación alterna: sólo la mitad de los vehículos –aquellos con matrículas que acababan en impar– pudieron circular por la capital y una veintena de ciudades de su periferia. La mejora de las condiciones meterológicas, que deberían favorecer la dispersión de las partículas finas acumuladas en al aire, permitirá levantar hoy las restricciones. Pero la medida podría volver a aplicarse en caso de empeoramiento.

La concentración de partículas finas se situó ayer en torno a 50 microgramos por metro cúbico de aire, muy por debajo de los niveles alcanzados la semana pasada: 80 y hasta 110 microgramos. El tráfico, a causa de las restricciones, descendió un 30% y las colas matinales fueron mucho más ligeras: apenas 90 kilómetros de retenciones, frente a los entre 200 y 250 kilómetros que se registran en cualquier lunes normal.

El Ejecutivo socialista se había resistido inicialmente a adoptar una iniciativa semejante –pese a la presión de sus socios ecologistas– por temor a provocar un monumental caos de circulación a tan sólo una semana de la primera vuelta de las elecciones municipales. El precedente de 1997 no era precisamente muy alentador. Hace diecisiete años, los filtros instalados en los accesos a París causaron unos embotellamientos monstruosos. No fue el caso ayer.

Aprendida la lección, el Gobierno dejó físicamente el paso libre a todos los vehículos y desplegó a unos 700 policías para controlar el cumplimiento de la restricción en una sesentena de puntos en el interior. Los agentes impusieron alrededor de 4.000 multas –de 22 euros si se pagaban en el acto– a los conductores que se saltaron la prohibición. Pero, en general, la gente cumplió. El ministro de Ecología, Philippe Martin, aseguró que el 90% de los vehículos que circularon ayer eran de matrícula impar y elogió la “conciencia cívica” de los ciudadanos.

Para ayudar, el transporte público siguió siendo gratuito durante toda la jornada –hoy volverá a la normalidad– y el Ayuntamiento de París dejó asimismo aparcar gratuitamente en la calle a los coches de matrícula par.

Pese al éxito de la circulación alterna, la medida no obtuvo el aplauso generalizado. Las asociaciones de conductores y de transportistas la criticaron, subrayando que los vehículos de motor no son el principal foco de polución. Según un informe del 2013 del Centro interprofesional técnico de estudios de la polución atmosférica (Citepa) –citado por Le Monde–, el 31% de las partículas finas proceden de la industria, otro 30% viene de las calefacciones, un 20% de la agricultura y sólo un 15% de los vehículos.



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