jueves, 17 de enero de 2013

Los franceses combaten en el suelo


Los soldados franceses combaten ya directamente en Mali contra las fuerzas islamistas que controlan el norte del país. La Operación Serval, que empezó como una acción de apoyo aéreo en respaldo del ejército regular maliense para hacer frente a la ofensiva de los yihadistas, se ha convertido en una intervención terrestre. Los bombardeos desde el aire, a cargo de cazas Mirage y Rafale, sobre las posiciones, bases y centros logísticos de los islamistas han empezado a perder efectividad, ante la dispersión de las fuerzas yihadistas en la vastedad del desierto y su dilución entre la población local en las ciudades, obligando a descender al suelo.

Efectivos de las fuerzas especiales francesas ha entrado ya en combate con los islamistas en la zona de Diabaly, en el este de Mali, una ciudad conquistada por los islamistas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) el lunes. Fuentes malienses de seguridad aseguraron a France Presse que los franceses combatían “cuerpo a cuerpo” con los yihadistas, un extremo este último que el Ministerio francés de Defensa desmintió después. Las tropas francesas estarían también apoyando al ejército maliense en su intento por recuperar la ciudad de Konna, en el oeste, cuya pérdida el pasado jueves ante la ofensiva islamista precipitó la intervención militar de Francia. Grupos de blindados franceses estaban desplegándose a su vez en la zona próxima al frente y ayer tomaron el control preventivo de un puente estratégico sobre el río Níger cerca de Markala.

Francia cuenta en este momento con 800 soldados desplegados en Mali, una cifra que debería alcanzar en los próximos días los 2.500. Paralelamente, los países africanos comprometidos en el envío de una fuerza internacional a Mali integrada por 3.300 soldados –Senegal, Níger, Burkina Faso, Costa de Marfil, Togo, Benin, Guinea, Ghana...– han empezado a acelerar los preparativos.

En Francia, las dos cámaras del Parlamento –la Asamblea Nacional y el Senado– debatieron la intervención militar en la antigua colonia, aunque sin que mediara ninguna votación. El apoyo a la intervención fue prácticamente unánime, aunque el secretario general de la UMP, Jean-François Copé, puso el dedo en la llaga al expresar su preocupación por el hecho de que Francia se encuentre “aislada” y hg frente en solitario al problema. Fuera del hemiciclo, el presidente François Hollande, negó que Francia se encuentre sola y repasó una vez más los apoyos políticos recibidos del Consejo de Seguridad de la ONU, los países africanos y la Unión Europea, algunos de cuyos miembros prestan asimismo apoyo logístico. “Si no hubiéramos intervenido –reiteró una vez más–, Mali hubiera sido completamente conquistado por los terroristas”. Fuentes del Elíseo insistieron en quitar hierro a la situación, subrayando que una vez iniciada la operación sería muy difícil y complejo incorporar a otros países al dispositivo.

Paralelamente, el fiscal del Tribunal Penal Internacional, Fatou Bensouda, anunció ayer la apertura de una investigación oficial sobre los crímenes de guerra cometidos en Mali desde el inicio de la guerra en enero del 2012.



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