Detenido, o al
menos frenado, el avance de los grupos islamistas del norte de Mali hacia el
sur del país y la capital, Bamako, las fuerzas aéreas francesas atacaron ayer
la retaguardia de las tropas rebeldes. Si en las primeras horas, Francia envió
helicópteros de combate, y posteriormente aviones Mirage estacionados en el
cercano Chad, para atacar a las columnas islamistas, ayer desplegó su arma más
sofisticada: el cazabombardero de última generación Rafale. Cuatro cazas
despegaron de su base en Francia y se dirigieron a través de Argelia –país que
ha abierto su espacio aéreo a los franceses– hacia el norte de Mali, donde
bombardearon objetivos islamistas en las ciudades de Gao y Kidal. Fuentes
locales hablaron también de ataques aéreos en Léré y Douentza.
El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, afirmó
que los ataques tenían como objetivo destruir campos de entrenamiento,
depósitos logísticos e infraestructuras (como el aeropuerto de Gao) en las
bases de la retaguardia islamista. El ministro no quiso ser más preciso y
aseguró que las acciones militares se prosiguen. “Hay incursiones
permanentemente. Las hay en este momento, las ha habido la noche pasada y las
habrá mañana”, dijo.
Le Drian insistió en que si Francia no hubiera intervenido
el viernes, los grupos islamistas –los tuaregs de Ansar al Din y Al Qaeda en el
Magreb Islámico (Aqmi)– habrían alcanzado Bamako, provocando el derrumbe del
Estado maliense, y reafirmó que el presidente François Hollande está “totalmete
determinado” a erradicar a los terroristas instalados en el norte de Mali, zona
que controlan desde el pasado abril.
El minstro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, como
hiciera el propio Hollande el día anterior, aseguró ayer que la ofensiva
islamista ha sido “detenida”. Sin embargo, Le Drian fue más cauto. El titular
de la cartera de Defensa explicó que uno de los dos ejes del avance islamista
–por el este– ha sido efectivamente frenado y las tropas del ejército regular
maliense han retomado el control de la ciudad de Konna, que había caído el
jueves en manos de los yihadistas. Sin embargo, el avance por el oeste no ha
sido todavía liquidado. “Los combates se prosiguen, no se ha acabado. Una
operación no se acaba en dos días”, dijo. Francia interviene con ataques aéreos
pero los combates terrestres los lleva a cabo el ejército maliense.
No hay datos precisos sobre el número de bajas causadas por
los combates. En el campo islamista se habla de decenas de yihadistas muertos,
incluso de un centenar. Según fuentes regionales, en los combates habría muerto
Abdel Krim, alias Kojak, uno de los lugartenientes del
líder de Ansar al Din, Iyad Ag Ghaly. La asociación Human Rights Watch informó
a su vez de la muerte de diez civiles, entre ellos tres niños.
Fuentes del Elíseo citadas por France Presse han señalado
que el ejército francés está sorprendido de los “bien equipados, bien armados y
bien entrenados” que están los combatientes islamistas, quienes cuentan con
armamento moderno y sofisticado que saben utilizar. La muerte de un piloto de
helicóptero en los primeros combates efectuados en la zona de Konna, el
teniente Damien Boiteux, alcanzado por disparos islamistas, demostró ya que las
cosas no iban a ser fáciles.
Francia está pagando aquí la arriesgada apuesta efectuada en
Libia, al lanzar por paracaídas –sin ningún tipo de control– armamento moderno,
como lanzamisiles, para armar a los grupos rebeldes que combatían en Libia
contra el régimen del coronel Gadafi. Una gran parte de este armamento se perdió después en el desierto y, como se temían los mas
pesimistas, ha ido a parar a manos de los grupos terroristas que operan en la
zona del Sahel.
Apoyo de los aliados
Si hasta ahora Francia ha sido –y es– el único país
occidental que está interviniendo militarmente en Mali, el apoyo de sus aliados
ha empezado a materializarse. El ministro de Asuntos Exteriores, Laurent
Fabius, dijo ayer contar con el apoyo, “incluido práctico”, del Reino Unido y
de Dinamarca, así como de otros países europeos que no citó. Estados Unidos,
que ya había anunciado la víspera su intención de prestar apoyo logístico,
aporta ayuda en materia de “comunicaciones y transporte”. Los norteamericanos
habían ofrecido también el despliegue de aviones teledirigidos para realizar
tareas de observación y vigilancia. Mientras tanto, se van acelerando los
trámites para desplegar la fuerza militar africana –integrada por 3.300
soldados– que de acuerdo con las resluciones del Consejo de Seguridad de la ONU
ha de apoyar al ejército regular de Mali para reconquistar el norte del país,
en manos de los grupos islamistas. El presidente de Costa de Marfil, Alassane
Ouattara, ha convocado una cumbre de jefes de Estado de la Comunidad Económoca
de los Estados de África del Oeste (Cedeao) el próximo sábado, día 19, para
abordar la constitución de esta fuerza.
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