Podría haber
sido un gran golpe de efecto, una demostración de fuerza, pero acabó siendo un
fiasco. La operación de rescate lanzada en la madrugada de ayer por los
servicios secretos franceses para liberar a uno de sus agentes retenido en
Somalia desde hace más de tres años se saldó con un trágico fracaso: el rehén y
dos de los soldados franceses participantes en la acción de comando perdieron
la vida durante la operación. Así lo confirmó a última hora del día el
presidente François Hollande, que compareció de nuevo desde el Elíseo. La
muerte de 17 presuntos terroristas muestra la violencia del enfrentamiento.
La operación en Somalia fue decidida hace varios días,
después de que los servicios de información confirmaran el lugar donde estaba
retenido Denis Allez, seudónimo de un agente de la Dirección General de
Seguridad Exerior (DGSE) que había sido secuestrado en la capital de Somalia,
Mogadiscio, el 14 de julio del 2009
a manos del grupo islamista Al Shabab, vinculado a la
organización terrorista Al Qaeda. Otro agente capturado el mismo día consiguió
escapar poco después, en el mes de agosto, aprovechando una distracción de sus
captores.
El ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, justificó la
decisión de asumir una operación tan arriesgada y peligrosa ante el bloqueo de
la vía negociadora con los secuestradores. Y aseguró que esta operación estaba
“totalmente desconectada” de la intervención militar en Mali contra los grupos
islamistas que combaten contra el ejército gubernamental. Pero lo cierto es que
la superposición de ambas acciones, que se refuerzan mutuamente, no parece
casual. Según expresó Hollande en su declaración desde el Elíseo, con esta acción
“Francia confirma su determinación de no ceder al chantaje terrorista”.
La operación se desencadenó a las dos de la madrugada (hora
local) en la localidad de Bulomarer, en el sur de Somalia, y en ella
participaron una cincuentena de comandos del Servicio de Acción de la DGSE,
transportados hasta el lugar a bordo de cinco helicópteros del Grupo Aéreo
Mixto GAM 56 Vaucluse. El enfrentamiento con los militantes islamistas, que
presentaron una encarnizada resistencia, fue –en palabras del ministro Le Drian–
de “gran violencia”.
Uno de los soldados franceses fue herido mortalmente –y
evacuado– mientras que otro se dio inicialmente por desaparecido. Los
islamistas aseguraron haber capturado al militar francés herido y anunciaron el
“juicio” inminente del rehén. Pero tras horas de dudas sobre la suerte de ambos
hombres, el presidente francés confirmó la muerte del comando y el asesinato
“sin ninguna duda” de Denis Allex. Hollande saludó el “sacrificio” de los dos
soldados y expresó sus condolencias a las familias de las
víctimas.
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