jueves, 20 de octubre de 2011

Un bebé en el Elíseo

Europa se hunde y Nicolas Sarkozy trae un hijo al mundo... En plena tormenta financiera, con su marido en Frankfurt para preparar con la canciller alemana, Angela Merkel, el salvamento in extremis de la zona euro, la esposa del presidente francés, Carla Bruni, dio anoche a luz al más esperado bebé de la República. El retoño, una niña, nació en el filo de las ocho de la tarde, tras casi doce horas de parto, en la clínica La Muette, próxima al domicilio de la madre, en el distrito XVI de París. Sarkozy interrumpió la reunión con Merkel para regresar rápidamente a la capital francesa. El Elíseo no informó del nacimiento del nuevo hijo del jefe del Estado, del mismo modo que tampoco comunicó oficialmente en su momento el embarazo.
Si Nicolas Sarkozy fue ya el primer presidente de la historia de la República francesa en divorciarse y volver a contraer matrimonio ocupando la jefatura del Estado –el antecedente más reciente habría que buscarlo en Napoleón Bonaparte, en 1810–, ayer se convirtió también en el primero en ser padre en el Elíseo. A diferencia del emperador sin embargo –que se divorció de Josefina porque no podía darle un heredero–, Sarkozy, de 56 años, ya tenía otros tres hijos, fruto de sus dos matrimonios anteriores: Pierre, de 26 años, y Jean, de 25,<CF></CF> con su primera esposa, Marie-Dominique Culioli, y Louis, de 14, con la segunda, Cécilia Ciganer-Albeniz. El presidente francés es además abuelo de un niño de casi dos años, Solal, hijo de Jean. Carla Bruni, de 43 años, tiene a su vez otro hijo, Aurélien, de 10, resultado de su relación con el mediático filósofo Raphaël Enthoven.
Desde hace varias semanas, la clínica de La Muette, en la zona alta de la capital francesa, estaba rodeada de <CF21>paparazzi</CF> en busca de la imagen de la cantante y ex modelo entrando en el centro para dar a luz. Hace nueve días, la expectación se disparó, después de que la Prefectura de Policía instalara un cordón de seguridad a 200 metros de la clínica.
Después un alud de rumores falsos, bulos sin cuento y sonoros patinazos, Carla Bruni ingresó finalmente en La Muette hacia las 8.30 horas de la mañana de ayer, acompañada de Nicolas Sarkozy. El presidente francés abandonó después la clínica y regresó poco antes de las 16 horas, para quedarse por espacio de media hora junto a su esposa. Después, partió de nuevo en dirección a Frankfurt para preparar con Angela Merkel el crucial Consejo Europeo del próximo domingo sobre la crisis de la deuda soberana de la zona euro. No hay, pues, ningún permiso de paternidad a la vista,
Nicolas Sarkozy y Carla Bruni están firmemente decididos –lo ha explicado ella misma estas últimas semanas– a mantener la máxima reserva sobre su nueva paternidad, circunscribiendo el acontecimiento al estricto ámbito de la vida privada. La razón de esta circunspección no hay que buscarla en motivos únicamente personales. Detrás de ello, hay también un cálculo político.
Francia es un país muy particular. A Sarkozy, la exhibición de su bebé, de su felicidad familiar, difícilmente puede aportarle ni un voto. En cambio, puede costarle carísimo. Y más todavía en una situación de crisis económica como la actual. El presidente francés lo sabe, porque lo vivió en sus propias carnes a principios de 2008, cuando tuvo la imprudencia de comunicar a los franceses su romance con Carla Bruni –“Lo nuestro va en serio”, dijo en una aciaga conferencia de prensa– y, a la vez, confesar su impotencia para mejorar el poder adquisitivo de los franceses –el no menos célebre “¿Y qué quieren que haga si las cajas están vacías?”–. Nadie lo ha olvidado.
La popularidad del presidente francés, que en 2007 fue elegido con un enorme apoyo ciudadano, se derrumbó de forma espectacular en aquel momento y nunca más se ha recuperado.
El nacimiento de su cuarto hijo fue saludada ayer por el instituto de opinión CSA con un sondeo que vaticinaba a Sarkozy una humillante derrota –por 62% a 38%– frente al socialista François Hollande en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales si éstas se celebraran hoy.

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