lunes, 17 de octubre de 2011

La pesadilla de Strauss-Kahn

Dominique Strauss-Kahn lleva la etiqueta del escándalo sexual, por decirlo a la manera francesa, pegada a la piel. Y no parece que haya manera humana de desprendérsela. Apenas tres días después de que la fiscalía de París decidiera archivar la denuncia por violación presentada contra él por la periodista y escritora Tristane Banon -en la que, curiosamente, daba por reconocido un delito de agresión sexual, ya prescrito-, un nuevo escándalo sexual salpica al ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI). En este caso, el político socialista aparece como presunto cliente de una red de prostitución de lujo.
El caso estaba ya haciendo mucho ruido en Francia antes de que saliera citado el nombre de Strauss-Kahn. La policía francesa, siguiendo una operacón iniciada por la policía belga al otro lado de la frontera, desencadenó esta semana una vasta operación para desarticular una red de proxenetismo dirigida desde Bélgica que mostraba una intensa actividad en la ciudad francesa de Lille (Nord-Pas de Calais), donde ofrecía prostitutas de alto nivel en hoteles de la ciudad. Tres directivos del hotel de lujo Carlton y un empresario han sido encarcelados preventivamente por su presunta implicación en este asunto y el establecimiento -junto a otros dos hoteles de la ciudad-, ha sido cerrado administrativamente por tres meses. Un conocido abogado de Lille ha sido también procesado.
El rumor de que un político francés podría estar entre los clientes de esta red de prostitución empezó a correr a mediados de esta semana y el viernes una publicación de la prensa rosa, Closer, aventuró que se podría tratar de Strauss-Kahn. La implicación subió de nivel ayer cuando el Journal du Dimanche publicó, citando fuentes de la investigación, que dos prostitutas le habrían señalado como cliente. La policía sospecha que la red belga, dirigida por el francés Dominique Alderweireld, alias Dodo la Saumure, habría enviado a algunas profesionales a Nueva York a finales de 2010 para prestar servicio al entonces director del FMI.
Strauss-Kahn reaccionó ayer rápidamente y pidió que el juez que instruye el caso les tome declaración “lo más rápidamente posible” en calidad de testigo, con el fin -según declaró a la agencia France Presse- de acabar con la “insinuaciones malévolas” y las “extrapolaciones aventuradas”. Ser cliente, en Francia, de una prostituta no constituye delito alguno, salvo si se trata de una menor.
Como no todo han de ser malas noticias para Strauss-Kahn, ayer el abogado de Tristane Banon, David Koubbi, declaró en una entrevista en el canal de televisión M6 que había aconsejado a su cliente renunciar a nuevas acciones judiciales contra el ex ministro socialista. El letrado ve difícil, tras el pronunciamiento de la fiscalía, que un juez pueda adoptar una decisión diferente. A la vista de los escasos elementos reunidos por la investigación, debido en gran medida al tiempo transcurrido -los hechos denunciados datan de febrero de 2003-, la fiscalía consideró imposible acreditar un posible intento de violación, aunque dio por hecho en cambio la existencia de una agresión sexual. Este delito, sin embrago, tiene en Francia un periodo de prescripción de tres años, por lo que ya es totalmente imposible juzgarlo.
Tristane Banon había anunciado previamente que si la fiscalía archivaba el caso, presentaría una nueva demanda constituyéndose en parte civil, lo cual implica la designación automática de un juez de instrucción. Su abogado ha empezado a pensar que quizá no vale la pena y que el pronunciamiento de la fiscalía, en la medida en que la reconoce como víctima de una agresión sexual, puede ser suficiente. “Muy sinceramente, le he indicado -explicó Koubbi- que si ella tiene los medios de encontrar en ello \[el auto de la fiscalía\] el medio de reconstruirse, que reflexione”.

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