Ejercicio inédito en Francia, donde hasta ahora la última palabra ha estado reservada a los militantes, las elecciones primarias socialistas suponen un arriesgado envite. Una gran movilización puede dar alas al futuro presidenciable socialista cara a la confrontación de la próxima primavera con un Nicolas Sarkozy desgastado pero siempre temible. Pero una respuesta insuficiente –por debajo de un millón de votantes- puede fragilizarle.
El PS ha echado el resto en esta apuesta. Con cerca de 10.000 colegios electorales, 33 millones de boletines de voto impresos, decenas de miles de voluntarios movilizados y un presupuesto de 3,2 millones de euros, la bondad de la inversión está todavía por confirmar. Pero, de entrada, los socialistas han conseguido ya ocupar la escena política y despertar una gran expectación. La limpieza del escrutinio ha sido objeto de una especial vigilancia –bajo el control de una autoridad independiente- con el fin de evitar el bochorno del congreso de Reims de 2008, cuando los campos de Martine Aubry –elegida primera secretaria del partido por sólo 102 votos de diferencia- y de Ségolène Royal se acusaron mutuamente de fraude.
El resultado de la votación es bastente incierto. Dependerá mucho de la participación y del peso que los no militantes tengan finalmente en la elección. La militancia del PS –constituida básicamente por funcionarios y cargos electos territoriales- refleja poco la realidad de la sociedad francesa. Por otro lado, al tratarse de la primera vez que se celebran unas primarias abiertas, los institutos de opinión no tienen ninguna serie histórica para poder corregir y afinar sus estimaciones.
Los sondeos publicados hasta ahora han sido por ello violentamente criticados por una de las aspirantes, la que fuera candidata socialista al Elíseo en 2007 frente a Sarkozy, Ségolène Royal, quien los ha acusado de negar la democracia y pretender suplantar el voto libre de los ciudadanos. Bien es cierto que hoy las encuestas la colocan en un penoso tercer puesto. Hace cinco años, cuando desbordó al aparato del PS y derrotó sin piedad a dos históricos elefantes del partido, Dominique Strauss-Kahn y Laurent Fabius, los sondeos la auparon sin que ella protestara lo más mínimo.
¿Puede Royal, con un 11% de intención de voto, dar otra vez la campanada? No puede descartarse de un plumazo, pero parece harto improbable. Aún contando con fervientes seguidores, su imagen pública se ha ido erosionando con el tiempo, de forma proporcional a la pérdida de apoyos y aliados en el seno del PS.
En cambio, quien emerge hoy como favorito es un viejo aparatchik del PS, François Hollande. Primer secretario del partido en 2007, Hollande cedió entonces el paso a la que todavía era su compañera sentimental y madre de sus cuatro hijos. Hoy, separado de Segolène Royal –emparejado de nuevo- y despojado de todo cargo interno, ha conseguido ocupar el vacío político dejado por la muerte política súbita de Strauss-Kahn, fulminado por su arresto en Nueva York acusado de violación. Hollande, con un 43% de intención de voto, ha heredado también su condición de favorito, que la larga campaña interna y los tres debates televisados en directo no han hecho sino confortar.
Frente a Hollande, la actual jefa de filas del PS no ha logrado despegar. Con un respaldo teórico del 28%, Martine Aubry –que no ha logrado sacarse de encima el estigma de ser una candidata de recambio-, la primera secretaria de los socialistas debería pasar sin problemas a la segunda vuelta, toda vez que cuenta con el respaldo activo del aparato, de los principales barones y del ala izquierda del partido.
Pero si no es descartable una sorpresa de parte de Ségolène Royal, tampoco lo es de la parte de Arnaud Montebourg –con otro 11% de intención de voto-, el único que ha dado un salto adelante en las últimas semanas. Joven, seductor, con un discurso radical, el alma izquierdista de los socialistas puede sentirse tentada por sus propuestas contra los bancos y por un proteccionismo europeo. Frente a estos cuatro, el barcelonés Manuel Valls -6% de respaldo-, anclado en el ala derecha del PS y el presidente del Partido Radical de Izquierda (PRG), Jean-Michel Baylet –con un testimonial 1%-, no tienen nada que hacer.
El voto del adversario
¿Intentará la UMP, el partido de Sarkozy, infiltrarse en la votación de las primarias para influir en el resultado final? El riesgo no está excluido y, de hecho, hay militantes del partido dispuestos a hacerlo. El secretario general de la UMP, Jean-François Copé, ha “desaconsejado fuertemente” acudir a las urnas socialistas a los militantes de la derecha, pero algunas figuras del partido, como el ministro Patrick Ollier, han admitido que animarán a ir a votar por Arnaud Montebourg, el más izquierdista…
LOS ASPIRANTES
FRANÇOIS HOLLANDE
Rouen (12/08/1954)Diputado y presidente del Consejo General de Corrèze
El ex primer secretario del PS (1997-2008) ha ocupado, con su discurso socialdemócrata y reformista, el espacio dejado por la caída política de Dominique Strauss-Kahn. Todos los sondeos le dan como favorito.
MARTINE AUBRY
París (08/08/1950)Primera secretaria del PS y alcaldesa de Lille
La jefa de filas de los socialistas, apoyada por los principales barones del partido y por su ala izquierda, aparece como la voz de la ortodoxia. Candidata de recambio tras la retirada de Strauss-Kahn, no ha acabado de despegar.
SÉGOLÈNE ROYAL
Dakar, Senegal (22/09/1953)Presidenta del Consejo Regional de Poitou-Charentes
La candidata socialista en 2007, derrotada por Nicolas Sarkozy, vuelve a la carga con la promesa de haber madurado. Su discurso, inclinado al centro pero con guiños al ala izquierda, tiene hoy menos seguidores que entonces.
ARNAUD MONTEBOURG
Clamecy (30/10/1962)Diputado y presidente del Consejo General de Saône-et-Loire
Joven y radical, se ha erigido en la estrella emergente de las primarias, hasta el punto de igualar a Royal en los sondeos. Defiende la intervención del Estado en los bancos y la instauración de un proteccionismo europeo.
MANUEL VALLS
Barcelona (13/08/1962)Diputado y alcalde de Evry
Compañero de generación de Montebourg, el barcelonés ha hecho un discurso totalmente contrario, anclado en el ala derecha del PS. Se autodefine como el “candidato de la verdad”, frente a las ensoñaciones izquierdistas.
JEAN-MICHEL BAYLET
Toulouse (17/11/1946)Senador y presidente del Partido Radical de Izquierda (PRG)
El único aspirante no socialista es también el más veterano. Con un discurso de centro-izquierda, en el que no duda en criticar algunos aspectos del programa socialista, su candidatura es meramente testimonial.
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