La final de Roland Garros va a alumbrar esta tarde a partir de las 15 horas el 25. º duelo entre Rafael Nadal y Roger Federer, la cumbre del tenis, un clásico entre los clásicos. De creer a André Agassi, no podía haber mejor cartel, ahora y siempre. "Son los dos mejores de todos los tiempos, uno contra el otro", valoró el legendario estadounidense sobre el partido que enfrentará por cuarta vez en una final en París a los dos jugadores que se han repartido el número 1 y 2 del tenis mundial en los últimos seis años.
La escalada imparable en estos últimos meses del serbio Novak Djokovic, actual número 2 y serio aspirante a desalojar a Nadal del trono mundial - que podría obtener mañana si el mallorquín cae esta tarde en la tierra batida de Roland Garros-parecía hacer inviable la reedición del clásico. El mediocre comienzo de torneo de Nadal y el supuesto declive de Federer parecían corroborar el advenimiento de una nueva época... Acaso sea así en el tenis, pero no en Roland Garros. No todavía. La clara victoria de Nadal el viernes sobre el escocés Andy Murray y la exhibición de Federer frente a Djokovic, cuya imbatibilidad rompió en un partido de antología, volvieron a poner las cosas en su sitio. "Nadal y Federer son indisociables", subrayó ayer un comentarista francés.
Mirando hacia atrás, Nadal es el favorito de la final: el tenista español ha ganado cinco veces el torneo - 2005, 2006, 2007, 2008 y 2010-y se ha impuesto al suizo las cuatro veces que lo ha tenido delante en París, una en semifinales y tres en la final. La última, en 2008, ganó por un contundente 6-1, 6-3, 6-0. Federer, en cambio, sólo ha podido ganar en Roland Garros una vez - en 2009-,en la única ocasión en la que el tenista balear no logró llegar a la final, descabalgado en octavos de final por Robin Söderling. En su duelo particular, Nadal ha vencido a Federer en 16 de las 24 ocasiones en que se han enfrentado, y en cinco de siete finales del Grand Slam.
Después de los titubeos de la primera semana y media, Nadal dice haber recuperado la forma y la confianza. Pero delante no va a tener al campeón en horas bajas que su discreta temporada - no ha estado en una final del Grand Slam desde el Open de Australia en enero de 2010-parecía dejar entrever. Federer, actual número 3 del ranking, demostró el viernes una vez más su altísimo nivel, ofrenciendo un espectáculo deslumbrante. Para el suizo, la de hoy es una nueva oportunidad de desquite ante su rival de siempre. "Todo el mundo sabe cuántas veces me ha ganado aquí y será muy duro. Pero para que una final de Roland Garros sea verdaderamente especial, tiene que estar Rafa", dijo.
A priori, Federer parte con la ventaja relativa de estar más descansado - ha jugado en el torneo 12 horas y 52 minutos, por 17 horas y 18 minutos el español-,aunque eso no le sirvió de mucho el viernes a Djokovic, que se había ahorrado - por abandono de su rival, Fabio Fognini-el partido de cuartos de final. Factor más determinante puede ser la meteorología. Después de una semana de sol, hoy podría aparecer la lluvia. Una perspectiva que no pone demasiado feliz a Rafael Nadal. "Yo prefiero el sol, es mejor para mi juego si la pelota es rápida y el rebote alto. Otras condiciones más pesadas darían la ventaja a Roger", explicó. El jugador español sabe, en cualquier caso, que deberá dar lo mejor de sí mismo: "Tendré que jugar a mi mejor nivel y algunas veces eso no es suficiente para ganar. Él es el mejor jugador de la historia", concluyó.
Primera china que gana un torneo del Grand Slam
China está que se sale, en todos los terrenos. Incluido el tenis. Na Li, de 29 años, hizo historia ayer tarde en París al ganar la final de Roland Garros y convertirse en la primera tenista de nacionalidad china en obtener un trofeo del Grand Slam. Na Li venció en dos sets - en un partido que duró una hora y 48 minutos-a la última campeona del torneo francés, la italiana Francesca Schiavone, de 30 años. El himno chino sonó por primera vez en el estadio Philippe Chatrier. La tenista, que ascenderá ahora del número 6 al 4 del ranking, se ha convertido en una heroína en su país.
La jugadora china, que se mostró más segura en la pista que su oponente, ganó cómodamente el primer set por 6-4 y se impuso en el segundo por 7-6 (0). Na Li, que en el Open de Australia logró llegar a la final, donde fue derrotada por la belga Kim Clijsters, había ganado hasta ahora cuatro trofeos: los disputados en Cantón (2004), Gold Coast (2008), Birmingham (2010) y Sydney (2011).
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