viernes, 30 de noviembre de 2012

Un accidente sin culpables

Nadie tuvo la culpa del accidente del Concorde que el 25 de julio del 2000 se estrelló en las cercanías del aeropuerto Charles de Gaulle de París causando 113 muertos. Al menos, así quedará para la justicia francesa, que ayer consideró que no había lugar a ninguna responsabilidad penal. Para sorpresa de todo el mundo, y en contra de la opinión del fiscal, el Tribunal de Apelación de Versalles decidió absolver a la compañía aérea norteamericana Continental y a uno de sus empleados, condenados en primera instancia por el tribunal de Pontoise hace casi dos años. Pese a ello, la sentencia esteblece que cometió una serie de “faltas” por las cuales le condena a pagar una indemnización de un millón de euros a la compañía Air France.

El tribunal constata la concatenación de hechos que condujo al fatal accidente. Todo empezó cuando un avión DC-10 de Continental que había despegado pocos minutos antes por la misma pista perdió en la maniobra una lámina de titanio adosada al fuselaje. Cuando le tocó el turno al Concorde –vuelo AF-4590 de Air France con destino a Nueva York–, el avión supersónico topó con la lámina, lo que provocó el reventón de un neumático del tren de aterrizaje y la perforación e incendio del depósito de combustible, lo que condujo a la pérdida de potencia de sus reactores. Imposibilitado para intentar un aterrizaje de emergencia, el Concorde se estrelló dos minutos después sobre un hotel de carretera en Gonesse, donde perecieron cuatro de las víctimas.

La primera sentencia consideró que había una relación de causa a efecto entre la pérdida de la lámina del DC-10 y el accidente, y por ello condenó a Continental al pago de una multa de 200.000 euros y a uno de sus mecánicos, a 14 meses de cárcel, además de a indemnizar –también con un millón de euros– a Air France. El Tribunal de Apelación de Versalles considera, en cambio, que la pérdida de la lámina de titanio del avión de Continental, si bien es una falta, no constituye en cambio una infracción penal.

El abogado de Continental, Olivier Metzner, celebró ayer la sentencia en la medida en que supone una reparación para la imagen de la compañía. “Este proceso ha estado contaminado por las autoridades francesas”, insistió el letrado, que ya en su momento acusó a Francia de haber “puesto el patriotismo por delante de la justicia” en este asunto. Metzner intentó siempre derivar la responsabilidad sobre Air France y los constructores del Concorde.

Air France también celebró la sentencia, que le exonera también de toda culpa y que –al establecer la responsabilidad civil de Continental– reforzará su demanda en este terreno, que es objeto de una tramitación paralela. Los únicos descontentos fueron las familias de las 113 víctimas. Stéphane Gicquel, secretario general de la Federación nacional de víctimas de accidents colectivos (Fenvac), expresó su “malestar” y “consternación”.




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