viernes, 16 de noviembre de 2012

La mafia corsa vuelve a golpear


Apenas un mes después del asesinato del abogado Antoine Sollacaro, figura histórica del nacionalismo corso y uno de los personajes más notables de la isla, la sangre ha vuelto a correr en Córcega. Un pistolero encapuchado tiroteó la noche del miércoles en Ajaccio al presidente de la Cámara de Comercio e Industria del sur de la isla, Jacques Nacer, que murió en el acto. El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, no dudó desde Berlín en atribuir a la “mafia” este nuevo ajuste de cuentas, que eleva a 17 el número de muertos en lo que va de año a causa de la guerra entre clanes.

Los ministros del Interior, Manuel Valls, y de Justicia, Christiane Taubira, se desplazaron con urgencia a Córcega en plena madrugada con el fin de reunirse con las autoridades políticas y policiales locales, y transmitir la determinación del Estado francés de combatir a los grupos mafiosos y sus tentáculos en los principales sectores económicos de la isla (construcción, turismo, ocio, juego y obras públicas). Valls y Taubira prometieron un reforzamiento de los medios policiales y judiciales, pero reclamaron también una movilización de la propia sociedad corsa. “El Estado solo no puede nada”, advirtió el ministro del Interior, en lo que pareció una confesión de impotencia. Desde hace una década, cada año se producen una treintena de asesinatos o intentos de asesinato en Córcega, sin que los sucesivos gobiernos hayan podido poner freno a esta mortífera espiral.

Con sólo 310.000 habitantes –el 0,5% de la población francesa–, Córcega acumula el 20% de los ajustes de cuentas cometidos en todo el país, mientras que el grado de dilucidación de los crímenes está por debajo de la media. Muy raramente los asesinos son capturados y juzgados. La ley del silencio, una suerte de omertá mafiosa, reina desde el Cap Corse hasta Bonifacio. Las afrentas se lavan aquí con sangre.

Aunque los responsables de la investigación consideran prematuro sacar conclusiones, el asesinato del presidente de la Cámara de Comercio de Ajaccio parece directamente vinculada a la del abogado Antoine Sollacaro hace un mes. Al igual que este último, Jacques Nacer, de 49 años, otro prohombre de la isla, era también una persona estrechamente vinculada al presidente del club de fútbol Ajaccio –del que era secretario general–, Alain Orsoni, ex jefe del Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC-CH) y del Movimiento por la Autodetermi nación (MPA) reconvertido en un hombre de negocios.

Desde el año 2005, un total de seis personas vinculadas al clan de Orsini han sido asesinadas y el propio jefe de filas sufrió un atentado en noviembre del 2008, al parecer como represalia por la muerte de un jefe mafioso. Al año siguiente, Alain Orsoni fue detenido –y posteriormente, puesto en libertad– por su presunta implicación en una ola de asesinatos en el mundo de la delincuencia organizada. Su hijo está procesado en el mismo sumario.


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