Cualquiera diría que la efervescencia de la moda es un
fenómeno contemporáneo. Y sin embargo, alzó el vuelo en Francia en la segunda
mitad del siglo XIX, durante el agitado y fecundo periodo entre el Segundo
Imperio y la III República, cuando surgieron las casas de alta costura, las
tiendas de accesorios de lujo -sombreros, guantes, sombrillas, bolsos, maletas-
y las primeras revistas de moda. Fue la época del gran salto de la industria y
de los transportes, gracias a la máquina de vapor. Y de una revolución
artística, el Impresionismo, que abriría las puertas de la modernidad. De esta
“coincidencia propicia”, como la ha calificado el director del Musée d’Orsay de
París, Guy Cogeval, nació la idea de una exposición inédita que aspira a casar
arte y moda.
Entre el 25 de septiembre y el próximo 20 de enero, la
exposición “El Impresionismo y la Moda” mostrará en el Musée d’Orsay cómo los
impresionistas supieron captar, en sus retratos y escenas mundanas, los signos
exteriores de los cambios que se estaban produciendo en la sociedad. Organizada
conjuntamente con The Metropolitan Museum of Art de Nueva York y The Art
Institute of Chicago, la exposición reunirá una sesentena de obras maestras de
grandes pintores como Manet, Monet, Degàs, Renoir o Caillebotte, que serán
presentadas en interacción con una cincuentena de vestidos, trajes y accesorios
de la época –la mayor parte, procedentes del Museo Galliera de París--
primorosamente restaurados. El grupo de la moda y el lujo LVMH ha actuado como
mecenas, además de aportar piezas de las colecciones de Louis Vuitton y
Guerlain.
“Hace treinta o cuarenta años hubiera sido impensable montar
una exposición así”, valoró en la
presentación de la muestra el director del museo, Guy Cogeval, que es también
uno de los cuatro comisarios de la exposición. “Hoy no se puede hablar del
periodo moderno sin hablar de la moda”, añadió, orgulloso de haber roto un
tabú.
Para dar aún mayor realce a la cita, el Musée d’Orsay ha
encargado la puesta en escena al célebre escenógrafo canadiense Robert Carsen,
especialista en el montaje de óperas –ahora mismo tiene dos en cartel en París:
Les Contes d’Hoffmann, en la Ópera
Bastilla, y Capriccio, en la Opera
Garnier— y que en los últimos tiempos se ha adentrado en el mundo museístico.
Junto a la exposición de los impresionistas y la moda, Carsen firma también estos
días la puesta en escena de otra exposición en la capital francesa: Bohèmes, de Leonardo da Vinci à Picasso,
en el Grand Palais. Y en este mismo palacio, el director canadiense, afincado
en París, diseñó la espectacular escenografía de la magnífica exposición
dedicada a María Antonieta en 2008.
“He buscado una manera de mostrar que fuera poética, la mera
yuxtaposición de cuadros y vestidos hubiera sido demasiado banal”, explica
Robert Carson, que sólo en un único caso ha colocado un vestido junto al cuadro
que lo reproduce. Claro que es el auténtico, el original, legado por la familia
del pintor y nunca expuesto hasta ahora. Se trata de “Dans la serre”, del
pintor y escultor francés Albert Bartholomé, en el cual el artista retrata a su
mujer a la entrada del invernadero del jardín.
La puesta en escena de la exposición rehúye el relato
cronológico y opta por una presentación conceptual –los actos mundanos, las
salidas al aire libre, los trajes masculinos, los deshabillés, los accesorios…--, incorporando elementos decorativos
de la época –como los papeles pintados— y adoptando los signos de identidad del
mundo de la moda. Así, en varias secciones los cuadros son presentados como en
un desfile. Como contrapunto, algunas pinturas, como “La Dame au gant” de
Carolus Duran, no son impresionistas, aunque sí de otras tendencias
contemporáneas.
Entre las obras maestras incluidas en la exposición cabe
destacar “Nana”, “La Parisienne” y “Jeune femme” de Manet –esta última, elegida
para el cartel oficial-; “Chez la modiste”, de Degas; “Le déjeuner sur
l’herbe”, de Monet; y especialmente “Madame Charpentier et ses enfants” de
Renoir, un cuadro prestado excepcionalmente por el Metropolitan y que raramente
ha salido de Estados Unidos. La exposición viajará después de Nueva York y
Chicago. Esto es, los cuadros. Los vestidos, en cambio, se quedarán en París y
serán sustituidos por otros modelos conservados en Estados Unidos. La ropa se
ha revelado más delicada que la pintura.
“L’Impressionnisme et la Mode”. Del 25 de septiembre del
2012 al 20 de enero del 2013. Musée
d’Orsay. 1, rue de la Légion d’Honneur. 75007 París. Tel : +33 (0)
140494996. www.musee-orsay,fr
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