martes, 6 de noviembre de 2012

La Iglesia y la derecha, frente común contra Hollande


En 1984, la derecha francesa, aliada con la Iglesia, organizó una manifestación gigantesca en defensa de la escuela privada y forzó a François Mitterrand, el primer presidente socialista de la historia de la V República, a dar marcha atrás en su proyecto de reforma educativa. Veintiocho años después, los mismos actores pretenden repetir la hazaña contra su heredero político, François Hollande, a propósito del proyecto de reconocimiento del matrimonio –y la adopción– de las parejas homosexuales.

Los obispos franceses, políticamente más circunspectos que los españoles, rompieron este fin de semana su reserva habitual y desataron las hostilidades contra el Gobierno con un apenas enmascarado llamamiento a protestar en la calle. Una iniciativa que converge con la estrategia del secretario general de la UMP –y candidato a suceder a Nicolas Sarkozy en la presidencia del principal partido de la derecha–, Jean-François Copé, quien pretende convocar una gran manifestación contra el Ejecutivo con el tema del matrimonio de los homosexuales y el derecho de voto a los extranjeros en las elecciones municipales como banderín del descontento.

El cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París y presidente de la Conferencia Episcopal francesa, llamó el sábado a todos los cristianos a hacer presión sobre los representantes políticos para frenar el proyecto y les sugirió, en sibilino lenguaje eclesiástico, a manifestarse: “(Los cristianos) pueden, y quizá deben, utilizar los medios de expresión propios de una sociedad democrática, de una democracia participativa”, afirmó.

Al día siguiente, en el santuario de Lourdes, aprovechando la apertura de la asamblea de otoño de los obispos franceses, el cardenal Vingt-Trois descalificó duramente el proyecto del Gobierno, que calificó de “superchería” y que rechazó por atentar contra “los fundamentos de la sociedad”. Para los obispos, tanto o más grave que el matrimonio civil en sí mismo es el derecho de adopción que se concederá a las parejas homosexuales. Al derecho a la igualdad, los obispos oponen “el derecho de los niños a construirse en referencia” a un padre y una madre.

La jerarquía católica se ha visto aquí secundada por las autoridades religiosas judías. En una tribuna publicada en el diario Le Monde, el Gran Rabino de Francia, Gilles Bernheim, descalificó el proyecto con parecidos argumentos. A su juicio, el matrimonio homosexual conduciría a una “confusión de las genealogías, del estatuto del niño y de las identidades sexuales”.

En realidad, los homosexuales ya tienen derecho en Francia a la adopción –a título individual, como cualquier otro ciudadano–, pero sin que su compañero o compañera tengan derecho legal alguno sobre la progenie. El proyecto del Gobierno, que se discutirá mañana en el Consejo de Ministros, pretende darles, en este sentido, el mismo tratamiento que a las parejas heterosexuales. Otros aspectos más controvertidos –como su acceso a tratamientos de reproducción asistida– quedarán aplazados para más adelante.

Para la derecha, que no acaba de encontrar un claro flanco de ataque a la política económica del Gobierno, el matrimonio homosexual es una oportunidad impagable para movilizar a sus tropas y tratar de erosionar al presidente francés. Los dirigentes de la UMP multiplican los pronunciamientos en contra del proyecto de ley y numerosos alcaldes de la derecha amenazan ya con aplicar la objeción de conciencia. La líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, ha exigido un referéndum.


Apoyo popular pero a la baja

El reconocimiento del derecho de los homosecuales a contraer matromonio y a la adopción, cuenta con un apoyo mayoritario en la sociedad francesa, aunque a la baja. Según un último sondeo de BVA, el 58% de los franceses está a favor del matrimonio homosexual (63% hace un año), mientras que el apoyo a la adopción ha bajado del 56% al 50%.





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