La derecha
francesa avanza con obstinada determinación hacia el suicidio. La tentativa de
mediación del ex primer ministro Alain Juppé, el hombre probablemente con más
autoridad moral y política en la Unión por un Movimiento Popular (UMP), fracasó
ayer rotundamente ante la negativa frontal del presidente proclamado del
partido, Jean-François Copé –elegido oficialmente por una contestada ventaja de
98 votos, de 150.000, sobre François Fillon–, a aceptar las condiciones del
mediador. El ex ministro Benoît Apparu, no alienado, resumió anoche con
sarcasmo la situación: “¡Una nueva corriente en la UMP, la Derecha Muerta!”.
Apenas 45 minutos de reunión tripartita entre Alain Juppé,
Jean-François Copé y François Fillon bastaron para certificar el deceso del
proceso de mediación apenas comenzado. En un escueto comunicado, Juppé dio por
“terminada” su mediación al “no reunirse las condiciones”. Ya por la mañana, el
ex primer ministro lo había vaticinado. “Tengo pocas posibilidades de
conseguirlo”, admitió en una entrevista radiofónica, en la que colocó a Copé y
Fillon frente a sus responsabilidades: “El éxito de mi mediación es del interés
de los dos protagonistas. Si no, uno y otro sufrirán las consecuencias”,
advirtió.
Jean-François Copé, que ya había dado muestras durante la
semana de no estar dispuesto a ceder en lo esencial, acudió a la reunión
determinado a imponer sus condiciones. Esto es: mantenerse como presidente
electo de la UMP y dejar que sea la Comisión Nacional de Recursos la que
–estatutos en la mano– verifique las votaciones y confirme la elección. Ahora
bien, esto era justamente lo que François Fillon –quien cuestiona la
credibilidad de dicha comisión– y Alain Juppé –quien planteaba dirigir y
controlar él todo el proceso de verificación– no podían aceptar. Sólo quedaba
certificar el fracaso.
A la salida de la reunión, Copé insistió en sus
planteamientos y abrió la posibilidad de un nuevo intento de mediación a
posteriori; es decir, una vez confirmados los resultados y proclamado
definitivamente el presidente –o sea, él–, para tratar de pactar una dirección
equilibrada entre las diferentes corrientes internas.
Nadie puede creer en eso. Fillon anunció en un comunicado
que impugnará los resultados electorales de la UMP ante los tribunales. Y uno
de sus lugartenientes, Lionel Tardy, expuso crudamente la situación: “Todos los
ingrediantes están reunidos para una escisión de la UMP”.
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