Con el mundo
islámico inflamado contra Estados Unidos por la película-panfleto Innocence of Muslims, que denigra a Mahoma, un segundo
foco de tensión se abrió ayer en Francia con la publicación de nuevas
caricaturas del intocable profeta de los musulmanes. Inquieto por el riesgo de
una escalada azuzada por los integristas –los radicales han convocado una nueva
manifestación el próximo sábado en París–, el Gobierno francés puso en alerta a
las fuerzas se seguridad y decidió, como medida de precaución excepcional, el
cierre mañana viernes –día de plegaria de los musulmanes– de sus centros
escolares y culturales, consulados y embajadas en 20 países islámicos.
Maestro en el ejercicio de la provocación, el semanario
satírico Charlie Hebdo, conocido por haber reproducido
ya en 2006 las controvertidas caricaturas de Mahoma publicadas por un diario
danés y mostrarse recurrentemente crítico con los islamistas, no podía dejar
pasar la oportunidad de sumarse a la polémica actual. Naturalmente, a su modo.
En su número de ayer, el semanario incluyó varios dibujos, a cual más mordaz y
sanguinario, con Mahoma como protagonista. Los 75.000 ejemplares de la edición
se agotaron rápidamente y la revista anunció la aparición de una segunda
edición mañana viernes.
Si el dibujo de la portada es relativamente inofensivo
–Mahoma aparece en una silla de ruedas empujado por un rabino, en una evocación
de la película "Intocable"–, no pasa lo mismo con el de la
contraportada, donde el profeta aparece desnudo y, reproduciendo las palabras
de Brigitte Bardot en el filme "El desprecio", de Jean-Luc
Godard, dice: “¿Y mi culo? ¿A ti te gusta mi culo?”.
El Gobierno francés encajó la última humorada de Charlie Hebdo con visible incomodidad. El primer
ministro, Jean-Marc Ayrault, defendió la libertad de expresión como bien
supremo del sistema democrático –quienes se sientan ofendidos por las
caricaturas pueden apelar a los tribunales, recordó–, pero mostró su
“desaprobación ante todos los excesos” y apeló al “espíritu de responsabilidad
de todos”. El ministro de Exteriores, Laurent Fabius, advirtió por su parte
contra “toda provocación”.
A diferencia de Jacques Chirac hace seis años, François
Hollande no hizo ningún comentario –el hoy presidente compareció como testigo
en favor del semanario cuando fue juzgado,
y absuelto, por el caso anterior de las caricaturas en 2007–, pero fuentes del
Elíseo citadas por Le Monde remarcaron que en el
ejercicio de la libertad de expresión los periodistas deben sopesar también la
“oportunidad”. En general, todas las reacciones políticas fuero de parecido
tenor. Todo el mundo defendió por principio la libertad de expresión, pero
muchos expresaron sus dudas sobre el acierto del semanario. “Es una provocación
inútil”, señaló Brice Hortefeux, antigua mano derecha de Nicolas Sarkozy.
Le Monde, que en 2006 publicó una
caricatura de Mahoma en solidaridad, fue ayer en cambio muy duro en su editorial de
portada: “Las caricaturas incriminadas son de mal gusto, incluso lamentables.
Y, sobre todo, son publicadas en un momento en que va a contribuir
conscientemente a echar leña al fuego, lo que conduce en efecto a preguntarse
sobre el sentido de la responsabilidad de sus autores y editores”.
El director de Charlie Hebdo,
Stéphane Charbonnier, Charb, rechazó tales reprobaciones.
“Ceder a la censura de los extremistas, eso sí es irresponsable”, dijo. El
Ministerio del Interior movilizó a un destacamento de la policía antidisturbios
(CRS) para proteger la sede del semanario, que en 2011 ya sufrió un atentado.
Su sitio web fue ayer pirateado.
Las autoridades religiosas islámicas en Francia reaccionaron
con prudencia pero indignación ante la publicación de las caricaturas, que
consideran un gesto hostil. El rector de la Gran Mezquita de París, el moderado
Dalil Boubakeur, lamentó una iniciativa que calificó de “extremadamente
peligrosa y totalmente irresponsable”, a la vez que llamaba a la calma. Por su
parte, el presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), Mohamed
Moussaoui, lo calificó de “acto islamófobo”. Ambos fueron recibidos ayer mismo
por el ministro del Interior, Manuel Valls, para intentar apaciguar los ánimos. El CFCM, así como una tal Asociación siria por la libertad,
anunciaron la presentación de sendas demandas judiciales por incitación al
odio.
Otros portavoces religiosos, tanto de la Iglesia católica
como de la comunidad judía, expresaron su solidaridad y comprensión con los
musulmanes. Las críticas a la publicación de las caricaturas vinieron de todos
los rincones: desde el Vaticano, a través de L’Osservatore Romano, hasta la Casa Blanca, quien puso en cuestion “el juicio” de quien
tomó la decisión de publicar las caricaturas en este
momento.
Ataque a un comercio kosher
Un colmado de alimentación kosher –conforme a las reglas
religiosas judías– fue objeto ayer de un atentado en Sarcelles, una población
co una importante comunidad judía en la periferia norte de París. Poco después
del mediodía, dos desconocidos entraron en el establecimiento y lanzaron un
artefacto explosivo de pequeña potencia, que apenas causó daños pero sí un
herido leve. Al cierre de esta edición, los atacantes no habían sido detenidos.
La fiscalía consideró prematuro atribuir al acto un carácter antisemita y
todavía más vincularlo al estado de tensión provocado por la película
norteamericana sobre los musulmanes y las caricaturas de Mahoma. En todo caso,
el ataque se produjo en plenas fiestas entre la llegada del nuevo año judío y
el Yom Kippur, la semana próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario