Dominique de
Villepin no ha acabado con la justicia. O la justicia con él. Definitivamente
exculpado en el caso Clearstream hace ahora un año, el ex primer ministro
francés se ha visto salpicado por un nuevo escándalo. El último jefe de
Gobierno de Jacques Chirac declaró ayer durante siete horas, en condicion de
detenido, ante un equipo de investigadores de la Gendarmería Nacional sobre su
papel en el affaire de la asociación hotelera Relais
& Châteaux, un caso de estafa y desvío de fondos que investiga un tribunal
de Estrasburgo (Alsacia)
Por este asunto, el anterior presidente de la organización,
Régis Bulot –amigo personal de Villepin–, está imputado por los presuntos
delitos de abuso de confianza, estafa en banda organizada y blanqueamiento. La
justicia sospecha que, entre los años 2002 y 2008, Bulot desvió 1,6 millones de
euros en beneficio propio a través de un sistema de falseamiento de facturas y
de comisiones ocultas. El propio Bulot, encarcelado preventivamente en
noviembre del año pasado y puesto en libertad condicional el pasado mes de
junio, ha admitido la existencia del montaje de las facturas, pero ha negado
haber financiado a políticos o haberles regalado noches gratuitas de hotel en
alguno de los establecimientos de la asociación.
No es por ninguno de estos dos posibles aspectos del caso,
en principio, por los que Villepin declaró ante los gendarmes –y podría hacerlo
próximamente ante el juez que instruye el caso, Jean-Baptiste Poli–, sino por
las gestiones que realizó presuntamente ante la nueva dirección de Relais &
Châteaux para proteger a su amigo e intentar tapar el asunto. Además de algunos
testimonios, el juez dispone de grabaciones de escuchas telefónicas cuyo
contenido es bastante embarazoso para el ex primer ministro.
Hay dos, en concreto, relativas a sendas conversaciones que
Villepin mantuvo con su amigo Bulot justo antes y justo después de comer con el
nuevo presidente de Relais & Châteaux, el catalán Jaume Tàpies –propietario
del hotel El Castell de Ciutat, en La Seu d’Urgell–, y otro directivo, a
quienes al parecer intentó convencer de no presentarse como parte civil contra
su antecesor. “Les he dado un canguelo diez veces superior a lo que
imaginaban”, dijo Villepin a su amigo –según una transcripción parcial publicada
en Le Monde-, antes de asegurar haber advertido a sus
interlocutores: “Si un día alguien se interesa por saber qué hombre político se
ha acostado con quién y en qué habitación, estáis muertos”. “Les hice
comprender que había un interés común a la casa Relais & Châteaux en que
nada de todo lo que me han dicho salga jamás”, añadió el ex primer ministro
según France Presse.
Tras siete horas de interrogatorio, Villepin abandonó la
sede de la Gendarmería en París, en libertad, pasadas las 16 horas. El fiscal
adjunto de Estrasburgo, Brice Raymondeau-Castanet juzgó que ya era suficiente:
“Se le exigen explicaciones de hechos bastante sencillos, así que no veo motivo
para que su detención se prolongue más allá de una jornada”, dijo.
Tras su declaración, Villepin difundió un comunicado en el
que negó toda implicación en el asunto Relais & Châteaux. “He podido
reafirmar serenamente, simplemente y en el marco normal del procedimiento que
no estoy implicado para nada en el desarrollo de este triste asunto que afecta
a uno de mis amigos”, aseguró el ex primer ministro.
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