jueves, 27 de septiembre de 2012

Petrodólares en la 'banlieue'


Los petrodólares qataríes se disponen a dar el salto desde los estadios y los barrios ricos de París a la banlieue, donde los gestores de los fondos del emirato se proponen inyectar dinero para financiar proyectos empresariales locales. La iniciativa, acordada con el Gobierno francés, ha levantado grandes suspicacias y algunas fuerzas políticas alertan contra el riesgo de proselitismo islamista.

Los intereses económicos de Qatar en Francia han crecido de forma exponencial en los últimos años. El emirato tiene participaciones en algunas de las principales empresas francesas –France Télécom, Lagardère, LVMH, Suez Environnement, Total, Veolia, Vinci, Vivendi...–, posee grandes inmuebles en los barrios más caros de la capital francesa y es el propietario del club de fútbol Paris Saint-Germain (PSG). Su extensión tentacular, sin embargo, no había despertado en Francia el recelo que suscita ahora su introducción en los barrios periféricos, con una fuerte concentración de población musulmana.

La iniciativa arrancó el año pasado a raíz de una visita a Doha de una delegación de la Asociación nacional de electos locales de la diversidad (Aneld), una organización que agrupa a militantes de diversos partidos, que expusieron su idea al emir de Qatar, Hamad ben Khalifa Al Thani. Seducido por la idea, el jeque dio su visto bueno a la creación de un fondo de inversión dotado inicialmente con 50 millones de euros para respaldar los proyectos de emprendedores de los barrios en dificultad. La idea fue anunciada oficialmente en noviembre pasado y suspendida después a causa de la proximidad de las elecciones presidenciales francesas.

Las estrechas relaciones que las autoridades qataríes mantenía con el ex presidente Nicolas Sarkozy parecen haber alcanzado en pocos meses la misma intensidad con su sucesor en el Elíseo, François Hollande. El resultado ha sido la conclusión de un acuerdo –anunciado por el ministro para la Regeneración Productiva, Arnaud Montebourg– para crear un fondo de inversión mixto, con participación de Qatar y del Estado francés así como de empresas privadas, para financiar proyectos empresariales en las banlieues pero también en los “territorios desheredados” de las zonas rurales. El volumen del fondo aún no está claro, pero se habla de entre 100 y 300 millones.

La idea ha sido recibida con recelo por el ministro para la Ciudad, François Lamy, mantenido al margen, y por la asociación de alcaldes Ciudades y Banlieues, que ven en la iniciativa de Aneld una deriva “comunitarista”. La presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen. ha ido mucho más allá, al calificar la inversión qatarí de “caballo de Troya del islamismo”. Un temor similar ha expresado asimismo un diputado de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Lionnel Luca, quien acusa a Qatar de “practicar una islamismo integrista” y pide una comisión de investigación. 




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