Si Dominique
Strauss-Kahn, expulsado con deshonor de la vida política activa por sus derivas
sexuales, se permite dar conferencias por el mundo, ¿por qué no debería hacerlo
también Nicolas Sarkozy que, a fin de cuentas, sólo ha perdido unas elecciones?
Es cierto que, más allá de sus comportamientos privados, el ex director del
Fondo Monetario Internacional (FMI) es una autoridad unánimemente reconocida en
materia económica. Pero también lo es, en cierto modo, el ex presidente de la
República francesa, que cuando estalló la crisis financiera y económica estuvo
al timón de la reacción mundial.
“Sus afirmaciones interesan. Y pueden marcar la reflexión
política sobre Francia y sobre nuestro tiempo”, argumentaba ayer su ex mano
derecha –y ex ministro del Interior– Claude Guéant, quien confirmó en una
entrevista radiofónica en Europe 1 el interés de Sarkozy por convertirse, como
otros ex mandatarios cual Tony Blair o Bill Clinton, en un conferenciante
internacional de gama alta. “Lo que yo sé es que ha aceptado el principio de
dar un cierto número de conferencias como todos los antiguos jefes de Estado y
de Gobierno”, afirmó Guéant.
Esta nueva actividad promete reportarle unos apetitosos
emolumentos. El semanario satírico Le Canard Enchaîné,
entre las líneas de una información sobre el reagrupamiento de los amigos de
Sarkozy, deslizaba esta semana que el banco Morgan Stanley le ha ofrecido
250.000 euros por una conferencia de 45 minutos (esto es, 92,6 euros por
segundo, como los más maliciosos han empezado ya a contabilizar)
El entorno de Sarkozy desmintió este extremo a la agencia
France Presse, asgurando que por el momento no ha pronunciado aún ninguna
conferencia. Acaso mal informado, Claude Guéant dio por hecho que ya había dado
una... En cualquiera de los casos, sobre la mesa de su nuevo despacho oficial
de la calle Miromesnil reposan varias decenas de peticiones en este sentido, a
las que empezará a dar salida a partir de este otoño. En su decisión habrían
pesado, sobre todo, lan cuestiones económicas. En su artículo, en el que
utiliza como fuente al publicista Jean-Michel Goudard –cercano al ex
presidente–, el Canard Enchaîné sostiene que Sarkozy
estaría “obsesionado” con ganar dinero...
El ex presidente francés, sin embargo, no pasa ninguna
necesidad en este terreno. En su condición de ex jefe del Estado y al margen de
los servicios en especies que recibe acorde con su estatus –despacho oficial,
secretaria, chófer, guardaespaldas...–, Sarkozy recibe un sueldo acumulado de
20.000 euros mensuales, entre su pensión como ex presidente de la República y
su retribución como miembro del Consejo Constitucional (una suerte de
cementerio de elefantes del que todos los ex presidentes son miembros natos). Tras haber amagado con no asumir este puesto, que le ponía al mismo nivel que
Jacques Chirac y Valéry Giscard d’Estaing, Sarkozy se lo pensó mejor y
participa en las sesiones de este organismo.
Animal político sin igual, nadie –ni sus amigos ni sus
adversarios– se imagina a Nicolas Sarkozy definitivamente retirado de la
política. Pero quienes le quieren bien le han aconsejado un tiempo largo de
descompresión –dos años, al menos– para dejar descansar a la opinión pública,
hacerse querer... Y mejor regresar.
Mientras, su mujer, Carla Bruni, liberada de su condición de
primera dama, ultima la salida de su cuarto disco, que había dejado en suspenso
debido al embarazo de su hija Giulia y la campaña de las elecciones
presidenciales.
Fillon, el preferido
A diferencia de Jean-François Copé, su principal rival en la
batalla por suceder a Nicolas Sarkozy en la presidencia de la Union por un
Movimiento Popular (UMP), François Fillon no tiene ningún control sobre los
resortes del partido. Pero a tenor de los sondeos cuenta con el favor de la
mayoría del electorado conservador. Según una encuesta del instituto de opinión
Ifop, realizado para el sitio web Atlantico, el 62% de los simpatizantes del
gran partido de la derecha francesa apuestan por el ex primer ministro como
líder de la UMP en los próximos años. Fillon experimenta un ascenso de 14
puntos respecto al 48% de apoyos que el mismo instituto le prestaba en un
sondeo anterior, realizado a principios de agosto y publicado en Le
Journal du Dimanche. El secretario general de la UMP, Jean-François
Copé, se queda muy lejos de su oponente, al retroceder del 24% al 21%. Nathalie
Kosciusko-Morizet pasa de 7% a 4% y Bruno Le Maire se mantiene en el 2%.
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