jueves, 6 de septiembre de 2012

Una gaditana en la alcaldía de París

Su cabellera morena y sus intensos ojos negros, luminosos como el sol de su Andalucía natal, no engañan sobre el origen de Anne Hidalgo, la primera vicealcaldesa de París. Adjunta del carismático alcalde Bertrand Delanoë desde las elecciones del 2001, esta española de 53 años, madre de tres hijos, puede convertirse en el 2014 en la primera mujer –y la primera inmigrante– en tomar las riendas de la capital francesa. Aupada por su mentor, Anne Hidalgo anunció ayer formalmente el inicio de su precampaña. “Soy candidata para ser la próxima alcaldesa de París”, proclamó, oficializando así una ambición que todo el mundo daba por descontada desde hace tiempo. A falta de poco menos de dos años, Hidalgo parte como favorita. Pero el camino es todavía muy largo.

Simbólicamente tan largo como el que hizo su familia a principios de los años sesenta desde la ciudad gaditana de San Fernando, donde la pequeña de los Hidalgo nació el 19 de junio de 1959, hasta el barrio de La Duchère de Lyon, una cité de viviendas sociales con grandes torres y colmenas donde se instalaron.

A su llegada, Anne Hidalgo no tenía ni tres años. Su historia, su trayectoria personal, es un modelo de integración republicana –compatible con el mantenimiento de un fuerte apego a sus raíces– y de ascenso social. Sus padres, Antonio y María, pueden sentirse legítimamente orgullosos de cómo sus hijas –la mayor, Mary, es jefe de empresa en California– se han abierto camino en la vida. “Yo no tuve la suerte de ir a menudo a la escuela, por eso lo hice todo para que mis hijas pudieran seguir correctamente sus estudios”, explicó el progenitor al semanario VSD tiempo atrás.

El abuelo paterno de Anne Hidalgo, republicano comprometido, huyó a Francia en 1937. Pero en lugar de permanecer en el exilio, regresó a España, a su población natal de Antequera, al término de la Guerra Civil, el mismo año 1939. Condenado a muerte, su pena fue conmutada y pasó tres años en prisión. El padre de Anne Hidalgo atribuye a este antecedente familiar el compromiso político de su hija, quien estuvo detrás de los homenajes que en el 2004 y el 2010 rindió el Ayuntamiento de París a los combatientes españoles de La Nueve, que fueron la avanzadilla de la división Lecrec en la liberación de París en agosto de 1944.

Obligado a regresar a su tierra,marcado como integrante de una familia de rojos, el joven Antonio Hidalgo trabajó en la marina mercante y en los astilleros de San Fernando antes de emigrar a Lyon, donde trabajó en Electrifil, una empresa suministradora de equipos a la industria del automóvil. Hoy, jubilados, los padres de Anne Hidalgo viven en Chiclana.

La primera vicealcalde de París, que viaja regularmente a España para visitar a su familia, nunca ha querido renunciar a sus orígenes. Habla castellano y mantiene la doble nacionalidad. Su espíritu, forzosamente, trasciende las fronteras: “Francia me ha dado la oportunidad de hacer estudios y un porvenir que España en aquella época no me podía dar, de modo que me siento totalmente europea”, dijo. De ser elegida, sería la segunda persona de origen español, tras el ministro del Interior, Manuel Valls, en asumir una alta responsabilidad política.

Doctorada en Derecho y titular de un máster en Ciencias Sociales del Trabajo, Anne Hidalgo obtuvo en 1984 un puesto como inspectora de trabajo y se instaló en el distrito XV de París, una ciudad con la que siempre había soñado. Diez años después, se dio de alta como militante del Partiso Socialista y en 1997 se incorporó como consejera de Martine Aubry en el Ministerio de Empleo. Una experiencia que fue capital en su trayectoria política y personal, pues en el 2004 se casó con el ex director de gabinete de la ministra, Jean Germain, con quien tiene un hijo de diez años (sus otros dos hijos, de 24 y 26 años, son de una unión anterior)

Tras su paso por Empleo, Hidalgo recaló en el Ministerio de Justicia –con Marylise Lebranchu– en 1998, antes de incorporarse en el 2001 al equipo de Bertrand Delanoë y llevar por primera vez a la izquierda al Ayuntamiento de París en 130 años de historia. En estos años, Hidalgo se ha consolidado como las más firme y estrecha colaboradora de Bertrand Delanoë, afianzando su papel de delfín. Ayer, Anne Hidalgo reivindicó el legado de Delanoë, pero se desmarcó de su condición de heredera. “Hay que escribir una nueva página”, remarcó. Bajo sus formas suaves, sus compañeros de gobierno retratan a una mujer firme en sus convicciones y de carácter fuerte –no porque sí ha sobrevivido en la violenta jungla del PS–, mientras que sus oponentes critican su presunto sectarismo. Su vinculación a la ciudad, su experiencia, hacen que parta con ventaja cara a las próximas elecciones municipales. Pero París despierta muchas ambiciones...




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