miércoles, 26 de septiembre de 2012

El 'no' de Los Verdes


Cuatro meses ha tardado en aparecer la primera disidencia de fondo, la primera fisura grave, en el Gobierno francés. El consejo federal de Los Verdes, socios menores de los socialistas en el Ejecutivo dirigido por Jean-Marc Ayrault, lanzó el sábado un verdadero desafío a François Hollande, al anunciar su decisión de votar contra el proyecto de ley de ratificación del Tratado europeo de disciplina presupuestaria, que constituye –junto al Pacto por el Crecimiento– una piedra angular de la política europea y económica del presidente francés.

Los ecologistas, que tienen dos ministros en el Gabinete – Cécile Duflot (Vivienda) y Pascal Canfin (Desarrollo), callados como muertos–, han intentado minimizar la gravedad de su decisión alegando que el tratado europeo no forma parte del pacto de gobierno suscrito con el PS. Como si la ruptura de la solidaridad gubernamental en un asunto tan fundamental careciera de toda trascendencia política. Como si hurtar al presidente de la República del apoyo que ha pedido en el Parlamento para el paquete europeo no fuera un serio desplante.

Los ecologistas argumentan su rechazo en que el tratado de disciplina presupuestaria no hace más que sancionar la política de austeridad pactada en su día por Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, sin que –a su juicio– el Pacto por el Crecimiento arrancado por Hollande a la canciller alemana resulte suficiente. El problema de Los Verdes es que la política de austeridad derivada del tratado tendrá una traducción práctica en los Presupuestos para 2013, a los que –por si acaso– ya han anunciado su apoyo...

En otras circunstancias, con otra personalidad en el Elíseo, Los Verdes serían expulsados inmediatamente del Gobierno. Tanto más cuanto que los socialistas gozan de una amplísima mayoría absoluta que les permitiría gobernar totalmente en solitario. En el PS, el malestar era ayer evidente. Algunos socialistas subrayaban que los regalos hechos por el Partido Socialista a Los Verdes –cesión de 60 circunscricpiones electorales, pacto de legislatura, entrada en el Gobierno–, muy superiores a lo que sería lógico entregar a una fuerza política que sólo sacó un 2% de los votos en las presidenciales, hubieran merecido por su parte una mayor lealtad.

Dos diarios tan opuestos como Le Figaro y Le Monde reclamaban ayer, apelando a la coherencia, la salida de Los Verdes del Gobierno. El vespertino fue particularmente duro en su editorial de portada: “Los ecologistas piden ser tratados com un socio de coalición, pero se comportan como un grupúsculo irresponsable. Incapaces de tener una ética de responsabilidad e incoherentes”.

Era una prédica en el desierto. El gabinete del primer ministro confirmó ayer la continuidad de los dos ministros verdes en el Ejecutivo, mientras los dos interesados descartaron toda dimisión. François Hollande, cuyo nivel de popularidad sigue cayendo en barrena, parece preferir evitarse una crisis de gobierno... aún a costa de consolidar su imagen de presidente blando y sin autoridad.

El alineamiento de Los Verdes con el “no”, junto con el Frente de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon, puede acabar animando al sector antieuropeísta del PS –en el que esta vez no está el ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius– a sumar sus votos a los demás disidentes, lo que debilitaría la posición de Hollande. La aprobación del tratado no corre riesgo alguno –la UMP ya ha confirmado su voto a favor, ¿cómo podría hacer otras cosa?–, pero si se salvara gracias a la derecha, el presidente quedaría tocado.

La decisión de Los Verdes ha provocado también un seísmo interno que puede sentenciar a muerte la coalición que forma con Europa Ecología. El dirigente y fundador de esta formación, el eurodiputado franco-alemán Daniel Cohn Bendit –que días atrás firmó una tribuna en favor del tratado europeo junto con otras figuras ecologistas, como José Bové–, ha reaccionado airadamente y ha suspendido provisionalmente su pertenencia al movimiento. “Es una decisión irresponsable e incoherente”, así como “dramáticamente nula”, ha declarado el mítico líder de Mayo del 68 y ferviente europeísta, quien se dice “hastiado” y ve a Los Verdes regresando a sus viejas maneras: “Con total evidencia, la coherencia y el coraje político no son su problema”, añadió.

En el caso de que el tratado fuera sometido a un referéndum, como piden los comunistas y la extrema izquierda, el 52 % de los franceses votaría sí, frente a un 32% que se inclinaría por el no y un 16% de indecisos y potencialmente abstencionistas. Así lo pone de manifiesto un sondeo elaborado por el instituto de opinión CSA para el diario L’Humanité,órgano oficial del PCF.



No hay comentarios:

Publicar un comentario