martes, 13 de septiembre de 2011

Tormenta bancaria

Tres de los mayores bancos franceses, BNP Paribas, Crédit Agricole y –sobre todo- la Société Générale, están en el ojo del huracán a causa de su exposición a la deuda griega y la perspectiva de una inminente degradación de su calificación por parte de la agencia de notación Moody’s. La tormenta bancaria llevó ayer a la Bolsa de París a cerrar una nueva jornada negra, con una caída del 4,3%, que se añade al descenso del 3,6% del pasado viernes y sitúa el índice CAC 40 en su nivel más bajo desde abril del 2009. Las tres entidades citadas fueron las más castigadas –con pérdidas del 12,35%, 10,64% y 10,75%, respectivamente-, mientras los responsables políticos y económicos franceses multiplicaban sus intervenciones para garantizar la solidez del sistema bancario.
“Los bancos franceses no tienen problemas de liquidez ni de solvencia. Cualquiera que sea el escenario griego y cualesquiera que sean las provisiones a hacer, los bancos franceses tienen los medios de hacerle frente”, aseguró a media mañana –sin gran éxito sobre la evolución de los valores bursátiles- el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, respaldado más tarde por el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, quien aseguró que el BCE está dispuesto a facilitar a los bancos toda la liquidez necesaria, de forma “ilimitada” y a un tipo de interés “fijo” para la zona euro.

El Gobierno francés, con el primer ministro, François Fillon, y el ministro de Economía, François Baroin, a la cabeza repetían en eco las declaraciones tranquilizadoras, mientras el ministro de Industria, Eric Besson, juzgaba “totalmente prematuro” plantear una posible nacionalización parcial de los bancos franceses.

El pánico en la Bolsa de París se desató por los rumores insistentes de que Moody’s podría decidir en los próximos días rebajar en un peldaño la actual calificación de los tres grandes bancos franceses a causa de su exposición a la deuda griega ante la perspectiva de una eventual quiebra del Estado griego.

Los últimos datos oficiales conocidos sobre el volumen de deuda griega en manos de estos tres bancos –BNP, 5.000 millones de euros; Société Générale, 2.700 millones; Crédit Agricole, 600 millones- son antiguos y, en consecuencia, poco fiables.

Así, la Société Générale poseería en este momento ya sólo 1.000 millones de deuda griega lo que a juicio de su presidente, Frédéric Oudéa, hace que un eventual impago  tuviera un efecto “despreciable”.  Globalmente, la entidad tiene un total de 4.300 millones de deuda soberana de los países de la zona euro que atraviesan dificultades en los mercados –España, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal-, una exposición que considera “limitada, a la baja y asumible”.  Oudéa aseguró también que el banco tiene totalmente cerrado su programa de financiación a largo plazo para 2011, de 26.000 millones de euros, a tipos de interés “competitivos” y quitó importancia a la degradación de la nota de Moody’s, por ser un acontecimiento ya asumido por el mercado.

La situación de Société Générale, tocada por el caso Kerviel y la crisis de las subprimes, y objeto de rumores poco tranquilizadores, es la más delicada, toda vez que desde principios de año ha perdido cerca del 60% de su capitalización bursátil. En este contexto, su presidente anunció  un plan de recorte del gasto que pasará por una reducción del 5% de los costes de su banco de inversiones (Corporate Investment Banking), junto a una disminución de sus actividades, la liberación de activos por valor de 4.000 millones y una reducción “significativa” de personal en “ciertos países”, sin más precisión.


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