viernes, 16 de septiembre de 2011

Contar el paro

Los datos oficiales del paro en España –los más altos, con mucho, entre los países desarrollados- llevan de cabeza a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, cuyos economistas no acaban de entender la abismal distancia entre el índice de desempleo español (20,1% en 2010) y la media de la OCDE (8,6% en el mismo periodo). “España ha tenido quince años de crecimiento económico por encima de la media y, sin embargo, al inicio de la crisis tenía entre el 8% y el 9% de paro”, comentó con cierta incredulidad el secretario general de la organización, el mexicano Ángel Gurría, quien aventuró que “hay algo en la forma de contabilizar [el paro] que hace que las cifras no sean exactamente comparables [con las de los demás países]”. Ni siquiera Irlanda (13,7%), Grecia (12,6%) o Portugal (11%) lo tienen tan alto.
Que el paro se haya doblado en España desde el inicio de la crisis y la explosión de la burbuja financiera, en cambio, no sorprende a nadie. La “dualidad” del mercado de trabajo, con una elevada proporción de contratos temporales, hace –según la OCDE- que sea muy fácil desprenderse de trabajadores. De ahí que el ajuste se haya hecho más con la pérdida de empleos que a través de reducción de salarios o las horas de trabajo.

Del mismo modo que tampoco ofrece ninguna duda que, al ritmo de crecimiento económico actual, el descenso significativo del paro precisará mucho tiempo. Para recuperar los niveles anteriores a la crisis, España necesitará crear 2,2 millones de nuevos empleos, según consta en el informe de Perspectivas del Empleo presentado ayer por la OCDE en París.

La plana mayor de la OCDE aplaudió la reforma laboral abordada en España –Gurría volvió a elogiar el “coraje político” del Gobierno-, pero recordó que sus efectos tardarán varios años en percibirse. “Las reformas aprobadas en Alemania en 2005, y que explican el éxito de este país en la lucha contra el paro, no empezaron a dar los primeros frutos hasta el 2009”, subrayó el director de Empleo de la OCDE, el irlandés John Martin. Alemania es el único país de la organización que ha logrado reducir el paro durante los años de crisis: de 8,7% en 2007 a 7,1% en 2010.

La OCDE animó asimismo a España a profundizar la reforma de las políticas activas de empleo en la línea de lo defendido por la organización, esto es, integrando en lo posible la prestación del desempleo con la gestión de las ofertas de empleo a los parados. La OCDE deploró en este sentido que la aplicación de las políticas activas de empleo estén dispersas y recaigan en las comunidades autónomas, un sistema –subrayó John Martin- que “no ha funcionado nada bien”. Martin añadió que España, al igual que Irlanda y Portugal, son de los países de la OCDE que más gastan en este terreno –cerca del 1% del PIB-, pero con nulo éxito. “Hasta ahora se ha despilfarrado buena parte de ese dinero en dispositivos ineficaces”, zanjó.

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