Aquilino
Morelle, uno de los principales consejeros de François Hollande en el Elíseo,
adora los zapatos de lujo, hechos a medida, y le gusta cuidarlos bien:
regularmente, cada dos meses, un experto limpiabotas acudía al palacio de la
Presidencia de la República a lustrar sus Weston y sus Davison. Una imagen
devastadora para un Gobierno que hace sólo tres días anunció la congelación de
las pensiones y las prestaciones sociales a los franceses más modestos en aras
de la austeridad...
Pero no son las aficiones personales del jefe de la
comunicación del Elíseo, conocido en palacio como el 'petit
marquis' (“el marquesito”), las que le llevaron ayer a presentar su
dimisión, sino algo más comprometedor: el diario digital Mediapart desveló también que en el 2007 Morelle trabajó de forma subrepticia como asesor
de dos laboratorios farmacéuticos mientras era miembro de la Inspección General
de Asuntos Sociales (IGAS), entre cuyas competencias está la fármacovigilancia.
Nacido hace 51 años en París, Aquilino Morelle forma parte
de la nueva generación de políticos franceses de origen español. Doctor en
medicina, quien escribiera los discursos de Lionel Jospin primero y de François
Hollande después, es hijo de asturianos. Su padre, minero, emigró a Francia en
busca de un trabajo mejor, que encontró en la fábrica de Citroën en Nanterre
(periferia de la capital francesa). De familia modesta, sexto de siete
hermanos, Morelle es una nueva muestra de fulgurante ascenso social: además de
sus estudios de medicina, el consejero caído estudió asimismo en Sciences Po y
es diplomado de la Escuela Nacional de Administración (ENA)
Su amigo Manuel Valls, también de origen español, con quien
coincidió en el gabinete de Lionel Jospin, y hoy primer ministro, le aconsejó
presentar la dimisión sólo 24 horas después de que Mediapart lanzara su bomba. El propio Hollande salió en
persona a comentar la renuncia de su consejero, que aceptó “inmediatamente” y
que juzgó inevitable. “Aquilino Morelle ha tomado la única decisión que se
imponía, que convenía”, afirmó. El presidente francés no quería que el problema
se enquistara como sucedió con el exministro del Presupuesto, Jérôme Cahuzac,
obligado a dimitir tras descubrirse su fraude fiscal, que negó durante meses.
Aquilino Morelle, por su parte, se defendió asegurando no
haber hecho nada ilegal ni que entrañara un “conflicto de intereses”. Pero la
IGAS informó de que nunca pidió autorización para actuar como consejero para
laboratorios farmacéuticos, en contra de lo que estaba obligado a
hacer.
"Si el paro no baja, no hay razón para ser
candidato”
“Si el paro no baja de aquí al 2017, no tengo ninguna razón
para ser candidato o ninguna posibilidad de ser reelegido”. Con su legendaria
ambigüedad –un arte en el que tiene pocos rivales–, François Hollande dejó
planear ayer la duda sobre su candidatura a un segundo mandato en el Elíseo. El
presidente respondía a una pregunta durante una visita a Michelin, en
Clermont-Ferrand.
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