Villers-Cotterêts, una
población francesa de 11.000 habitantes situada en el departamento del
Aisne –unos 80
kilómetros al norte de París–, es conocida básicamente
por tres cosas: el rey Francisco I firmó aquí en 1539 la ordenanza por la cual
el francés sustituyó al latín en los actos y documentos oficiales; es la ciudad
natal del célebre escritor Alexandre Dumas (padre), autor de “Los tres
mosqueteros” y “El Conde de Montecristo”, y en ella está la sede central del
grupo Volkswagen en Francia (una parte de la cual, no obstante, fue trasladada
el año pasado a las proximidades del aeropuerto de Roissy-Charles de Gaulle).
Desde el pasado mes de marzo, hay una cuarta: forma parte del puñado de
municipios franceses gobernados por el ultraderechista Frente Nacional (FN)
Los nuevos alcaldes frentistas no han perdido la oportunidad
de adoptar algunas medidas provocadoras, come dejar sin subvención a la Liga de
los Derechos del Hombre (en Hénin-Beaumont) o retirar la bandera europea del
Ayuntamiento (en Fréjus). Y el de Villers-Cotterêts, Franck Briffaut, no ha
querido ser menos. El nuevo edil, que acabó en cabeza en la primera vuelta y
fue elegido en la segunda –un enfrentamiento a tres bandas– con el 41,5% de los
votos, ha decidido no celebrar la jornada nacional que conmemora la abolición
de la esclavitud, que se celebra cada año el 10 de mayo en toda Francia desde el
2007.
El gesto, al margen de la ideología que traduce, es tanto
más polémico cuanto que Alexandre Dumas, el hijo más brillante de la localidad,
era un mulato hijo de un antiguo esclavo antillano. Su padre, Thomas Alexandre
Davy de la Pailleterie, fue el primer general afroantillano del ejército
francés –conocido como 'general Dumas'–, quien ascendió en
la profesión de las armas durante la Revolución. Hijo de un aristócrata y de
una esclava, él mismo fue vendido como esclavo antes de que su padre lo
recuperara y le concediera su apellido. En este contexto, la decisión del
alcalde de Villers-Cotterêts ha tenido la fuerza de un seísmo, cuyos efectos
han trascendido el ámbito local.
“Estas conmemoraciones se inscriben en un proceso de
culpabilización de Francia que se ha puesto de moda estos últimos años”,
declaró Franck Briffaut para justificar su decisión, totalmente legal –a su
juicio– por cuanto no existe una obligación jurídica de organizar una
conmemoración con este motivo a nivel local. La jornada conmemorativa de la esclavitud fue instaurada por iniciativa del ex presidente Jacques Chirac con el
objetivo de rendir homenaje a los descendientes de los antiguos esclavos. En
Francia, la esclavitud fue abolida definitivamente en 1848, después de varios
intentos infructuosos: la Revolución la prohibió, pero Napoleón la restableció.
Varias asociaciones antirracistas –SOS Racisme, la Liga de
Derechos del Hombre, MRAP– y de los territorios de Ultramar difundieron ayer un
comunicado en el que calificaban de “peligrosas” y “antirrepublicanas” las
declaraciones realizadas por el alcalde para justificar su decisión. Y la
Asociación de Amigos del General Dumas consideró que tiene una clara
“connotación racista”.
El decreto de Chirac, aprobado en el 2006, establece que
cada 10 de mayo deben celebrarse una ceremonia nacional en París, y otras
ceremonias en cada departamento y en aquellos “lugares de memoria de la trata
de esclavos”. Las asociaciones antirracistas consideran que éste es el caso de
Villers- Cotterêts, por albergar la tumba del general Dumas e instaron al
prefecto del Aisne a obligar al alcalde a cumplir la ley y organizar una conmemoración.
Éste negó que tenga ninguna obligación legal y que su decisión menosprecie la
memoria del escritor. Y añadió: “Yo no tengo ningún problema con
Dumas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario