El próximo alcalde de
París llevará nombre de mujer. Socialista o conservador –incluso
centrista, aunque ello es harto improbable–, la victoria de un partido u otro
no cambiará el resultado esencial. En un país donde las mujeres no votaron por
primera vez hasta 1945 y donde los partidos políticos cumplen a duras penas con
la obligación legal de la paridad –en la Asamblea Nacional hay 155 diputadas
entre 577, el 27%–, el acceso de una mujer a la alcaldía de la capital francesa
será un acontecimiento de un profundo calado político, pero también social. Lo
será con toda seguridad, puesto que las principales contendientes en las
elecciones municipales del 2014 en París serán mujeres.
El cambio será posible porque los dos principales partidos
presentarán a una candidata femenina: Anne Hidalgo –ya formalmente desginada–,
por el Partido Socialista (PS), y Nathalie Kosciusko-Morizet –clara favorita en
las elecciones primarias internas–, por la Unión por un Movimiento Popular
(UMP). Para completar el cartel, el centrista Movimiento Demócrata (MoDem)
presentará por su parte a Marielle de Sarnez, mientras le ex ministra Rama Yade
valora la posibilidad de presentarse por la formación competidora, la Unión de
los Demócratas Independientes (UDI). Si se piensa que la ministra de Vivienda,
la ecologista Cécile Duflot, podría todavía decidirse a presentarse por Europa
Ecología-Los Verdes, se ve hasta qué punto la batalla electoral del año que
viene será cosa de mujeres.
No será la primera vez que haya
candidatas femeninas. La UMP ya presentó en el 2008 a una mujer, Françoise
de Panafieu. Lo mismo que el MoDem con Marielle de Sarnez (que repetirá ahora).
Pero nunca había habido semejante plantel. La hazaña lograda en el 2007 por
Ségolène Royal, que perdió frente a Nicolas Sarkozy en las elecciones
presidenciales pero consiguió captar 17 millones de votos, sola y contra todos,
no tiene poco que ver. Fue ella quien abrió la brecha por la que una mujer
llegará ahora a la alcaldía de París.
En la batalla que acaba de comenzar,
quien parte con –una ligera– ventaja para suceder al socialista Bertrand
Delanoë en la alcaldía es su primera teniente de alcalde, la franco-española
Anne Hidalgo. Nacida en San Fernando (Cádiz) hace cerca de 54 años, la
candidata del PS juega la carta de la renovación de las personas y de la
continuidad política. Concejal desde que los socialistas se hicieran con el
gobierno municipal de la capital en el 2001, el apoyo del que Hidalgo goza
entre la opinión ha hecho que sus iniciales adversarios dentro de su partido
acabaran retirándose. En campaña desde hace seis meses, los últimos sondeos,
sin embargo –como el realizado por BVA el pasado mes de marzo–, le otorgan sólo
un punto de ventaja en la primera vuelta (34% a 33%) frente a la candidata de
la derecha.
Lo cierto es que enfrente tiene a una candidata de peso.
Nathalie Kosciusko-Morizet, parisina de 40 años a quien todo el mundo conoce
por el acrónimo NKM, es una figura ascendente en la
derecha, donde ha conseguido acreditar una imagen de independencia, a pesar de
haber sido portavoz de la –desastrosa– campaña electoral de Nicolas Sarkozy el
año pasado. Con una imagen aristrocrática y falsamente altiva, la que fuera
ministra de Ecología integra el ala más moderna y moderada de la UMP.
Comprometida con el medio ambiente y opuesta a la deriva hacia la extrema
derecha protagonizada por algunos de sus compañeros de filas, NKM osó
abstenerse en la votación del matrimonio homosexual, lo que le ha valido
amenazas de boicot de los radicales. La derecha tiene ahora la oportunidad de
recuperar la alcaldía perdida hace 12 años. A condición de que abandone su
inclinación natural al navajeo interno.
La UMP tropieza con las primarias
Después de la catástrofe política que supuso para la UMP el
fiasco de la elección de su presidente en noviembre del año pasado –todavía no
resuelto, por cierto, puesto que Jean-François Copé ocupa el cargo de forma
interina–, la derecha francesa ha vuelto a caer en la misma trampa. Las
elecciones primarias internas para elegir al candidato a la alcaldía de París
en el 2014, de las que a lo largo de este fin de semana se celebra la primera
vuelta, debían redimir a la UMP de la mala imagen ofrecida a todo el país hace
seis meses, con la constatación de graves irregularidades. Ya no será posible.
Ayer mismo, primera jornada de votación –realizada exclusivamente por vía
electrónica–, las acusaciones de fraude volvieron a emponzoñar el ambiente,
sumiendo al partido en la vergüenza y el desconcierto. Uno de los cuatro
candidatos en liza, Pierre-Yves Bournazel, denunció irregularidades y reclamó
la suspensión inmediata de las votaciones. La dirección, en principio, rechazó
tal posibilidad. Ninguno de los otros tres candidatos, Nathalie
Kosciusko-Morizet –favorita indiscutible, apoyada por la dirección y la opinión
pública–, Jean-François Legaret y Franck Margain, se sumó a tal petición. Los
resultados se esperan la noche del lunes.
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