Los jueces que
instruyen el denominado caso Tapie, sobre un supuesto pasteleo entre el
empresario Bernard Tapie y el poder político para asegurarse una jugosa
indemnización en el litigio que le enfrentaba al Estado francés por la venta de
Adidas en los años noventa, van poco a poco reconstituyendo el puzzle y
estrechando el cerco de los implicados en el affaire.
Ayer, después de 96 horas –cuatro días, con sus cuatro noches– detenido para
ser interrogado por agentes de la brigada financiera de la policía, el hombre
de negocios fue imputado por estafa en banda organizada.
El origen del litigio se remonta a principios de los años
noventa, cuando el controvertido empresario, hoy de 70 años, encargó a su
banco, el Crédit Lyonnais –que en la época estaba nacionalizado–, la búsqueda
de un comprador para la empresa de artículos deportivos Adidas, entonces de su
propiedad. El banco acabó comprando directamente la empresa y revendiéndola
después por un precio notablemente superior. Sintiéndose estafado, Tapie inició
un largo y complejo litigio contra el Estado que acabó finalmente en el 2008
con una decisión favorable al empresario por parte de un tribunal arbitral
privado, que le otorgó una indemnización de 403 millones de euros.
Bernard Tapie, que ha tenido numerosas vidas –cantante,
vendedor, animador de televisión, presidente del club de fútbol Olympique de
Marseille, empresario de éxito, ministro de las Ciudades con François
Mitterrand, actor...–, aprovechó este dinero para regresar a los negocios, de
los que había salido completamente arruinado. El año pasado se hizo con la
mitad del grupo de prensa Hersant y tomó el control del diario marsellés La Provence.
Los jueces sospechan que la decisión de atribuir la
resolución del litigio a un tribunal arbitral privado –y no seguir el cauce
natural de la justicia ordinaria– perseguía favorecer a Bernard Tapie, quien
había demostrado una gran proximidad con el entonces presidente francés,
Nicolas Sarkozy (el empresario, que apoyó a este último en su campaña
electoral, visitó en una veintena de ocasiones el Elíseo entre el 2007 y el
2010, según han confirmado las agendas oficiales de la presidencia de la
República). Y que el arbitraje en sí mismo fue trucado. Especialmente
controvertido es el papel representado por uno de los tres árbitros del
tribunal, el ex magistrado Pierre Estoup, verdadero urdidor de la sentencia y de
quien se sospecha que tiene vínculos con el empresario.
El nuevo Gobierno, a través del Consorcio de Realización
(CDR) –organismo estatal encargado de gestionar los pasivos del Crédit Lyonnais
previos a su reprivatización–, presentó ayer un recurso contra el arbitraje.
Bernard Tapie es la cuarta persona imputada en este caso,
después del citado Pierre Estoup; de Jean-François Rocchi, expresidente del
CDR, y de Stéphane Richard, ex director de gabinete de la ministra de Economía
de la época, Christine Lagarde, y actual presidente del grupo Orange. Lagarde,
actual directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), conserva por el momento
el estatus de testigo asistido.
El fiscal exculpa al ex presidente en el caso Bettencourt
El fiscal de Burdeos ha solicitado el archivo de la causa
contra el ex presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su ex ministro del
Presupuesto, Eric Woërth, en el llamado caso Bettencourt. Ambos fueron
imputados por los jueces instructores por un presunto delito de abuso de
debilidad, al considerar que pudieron aprovechar el estado de demencia senil de
la heredera del grupo L’Oréal, Liliane Bettencourt, de 90 años, para sacarle
dinero con el que financiar la campaña electoral de las presidenciales del
2007. El fiscal exculpa asimismo al empresario Stéphane Courbit y al abogado
Pascal Wilhelm, pero en cambio pide que sean enviados a juicio el ex
administrador de la multimillonaria, Patrice de Maistre, y el fotógrafo
François-Marie Banier, amigo de la anciana y beneficiario de millonarios
regalos. La decisión está en manos de los jueces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario