viernes, 12 de abril de 2013

Víctimas de la telerrealidad


Una doble tragedia, sobrevenida en uno de los programas de ‘telerrealidad’ más populares de la televisión francesa, Koh Lanta –equivalente del español Supervivientes–, donde murió un concursante y posteriormente el médico se suicidó, ha llevado al Gobierno a plantearse una regulación especial de este tipo de emisiones. Así lo avanzó el miércoles la ministra de la Cultura y la Comunicación, Aurélie Filippetti. “Hay que regular estos programas para que aseguren bien la preservación de la dignidad de la persona humana, de aquellos que participan y de los telespectadores que les miran”, dijo en el canal France 2.

El Consejo Superior de lo Audiovisual (CSA), por su parte, ha planteado la posibilidad de retrasar la emisión de este tipo de programas a después de las 22 horas –esto es, en segunda sesión– y de abrir un diálogo con las cadenas de televisión para pactar una carta de “buenas prácticas” en este ámbito.

El suceso, que ha hecho temblar al mundillo de la televisión y ha conmocionado a todo el país, se produjo el pasado 22 de marzo, cuando uno de los concursantes en el programa Koh Lanta, que acababa de empezar a rodar su décimosexta temporada en la isla de Koh Rong, en Camboya, murió de un ataque cardíaco. Gérald Babin, un fornido joven de 25 años, empezó a quejarse de calambres en un brazo durante la primera prueba a la que se sometía a los concursantes nada más llegar a la isla. Atendido en primera instancia por el médico urgentista del programa, Thierry Costa, fue posteriormente trasladado en helicóptero al hospital más cercano, donde falleció. El canal privado de televisión que emitía el programa, TF1, decidió anular el rodaje y repatriar a todos los concursantes.

La productora de Koh Lanta, Adventure Line Production (ALP), sostuvo desde el primer momento que el joven fue evacuado rápidamente al hospital, pero testimonios posteriores pusieron en cuestión la versión oficial y apuntaron presuntas deficiencias en la atención prestada al concursante. Presionado por las críticas, el médico del programa, Thierry Costa, se suicidó diez días después en el hotel donde se alojaba en Camboya, dejando una amarga carta en la que se dolía de ser lanzado a la vindicta pública.

La autopsia realizada al cadáver de Gérald Babin ha demostrado que el joven sufría una patología cardíaca, una “cardiopatía dilatada”, deformación de las cavidades del corazón que puede ser congénita o adquirida. La fiscalía de Créteil (periferia de París) ha abierto una investigación preliminar por homicidio involuntario. 


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