sábado, 20 de abril de 2013

Liberada la familia secuestrada en Camerún


Los siete miembros de la familia francesa Moulin-Fournier secuestrados por un grupo armado islamista en el norte de Camerún el pasado 19 de febrero –entre los cuales hay cuatro niños de entre 5 y 12 años– fueron liberados sanos y salvos en la madrugada de ayer en la frontera entre este país y Nigeria, de donde procedían los secuestradores, el grupo Boko Haram, y donde los rehenes estaban retenidos. La pesadilla habrá durado exactamente dos meses, día por día.

Ni el Gobierno francés, ni el camerunés, ni el nigeriano –que han colaborado estrechamente en este asunto– dieron ninguna pista sobre las condiciones de la liberación, aunque la realización de una operación militar parece completamente descartada. El presidente francés, François Hollande, reiteró ayer que Francia se mantiene firme en el principio de no pagar ningún rescate, pero no explicó nada más. “Siendo discretos es como seremos más eficaces”, se contentó con decir. Discreción máxima, desde el principio al final... Expertos en este tipo de secuestros dan por hecho algún tipo de acuerdo y transacción –aunque no sea económica– con Boko Haram, cuya reivindicación principal era la liberación de varios islamistas presos en Nigeria.

Tanguy Moulin-Fournier, directivo de la sociedad francesa GDF Suez destinado desde hace dos años en Camerún; su mujer, Albane, sus cuatro hijos, y su hermano, Cyril Moulin-Fournier –empleado en una empresa de informática en Barcelona, que se había unido a ellos por las vacaciones escolares de invierno– fueron secuestrados por un grupo armado poco después de visitar el parque nacional de Waza, en el norte del país, uno de los más famosos de Camerún.

El secuestro causó una profunda conmoción en Francia, por cuanto era la primera vez que los grupos terroristas islamistas capturaban a niños.
Los siete miembros de la familia Moulin-Fournier, demacradados, serios –sobre todo los niños– y extremadamente delgados, pero aparentemente en buen estado de salud, fueron trasladados ayer a la capital camerunesa, Yaundé, antes de viajar a París, donde está previsto que lleguen esta mañana. El ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, se desplazó a Camerún para recoger en persona a los liberados.

Poco se sabe de las condiciones de detención de los miembros de la familia Moulin-Fournier, más allá de que han sido particularmente penosas. En un dramático mensaje enviado el 18 de marzo, el padre advirtió que sus condiciones de vida eran “muy duras”, especialmente para sus hijos. Y advertía “No aguantaremos mucho tiempo”.



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