domingo, 26 de febrero de 2012

Sin problemas a fin de mes

Todos los candidatos al Elíseo tienen algo en común, más allá de la ambición presidencial que se les supone. Todos, sin excepción, se dirigen estos días a los trabajadores, a las clases populares sometidas a la tiranía del final de mes y la amenaza del paro, con la promesa de un futuro mejor. El nivel de vida de la mayoría de ellos, sin embargo, está muy alejado del del común de los franceses, cuyo salario medio –según datos del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee)– es de 1.605 euros netos al mes.

Los ingresos y el patrimonio de que disponen los cuatro principales candidatos a las elecciones presidenciales francesas –Nicolas Sarkozy, François Hollande, Marine Le Pen y François Bayrou– les aleja del francés medio, sin por ello situarles en la cúspide de los multimillonarios. A la espera de la declaración que deberán hacer ante el Consejo Constitucional por imperativo legal, el semanario L’Express ha avanzado los primeros datos.

Los ingresos de Nicolas Sarkozy en tanto que jefe del Estado son conocidos. El presidente francés, tras ser elegido en 2007, decidió aumentar su salario en un 170%. Presentado como un escándalo, lo único que hizo realmente fue situar el sueldo del presidente de la República sólo un poco por encima del del primer ministro. Si hasta entonces había sido bajo, era porque su antecesor, Jacques Chirac, sumaba a su remuneración las numerosas pensiones que cobraba de los múltiples cargos que había ocupado en su larga carrera política: alcalde, diputado, censor de cuentas... Tras la actualización aprobada por Sarkozy, el salario mensual del presidente francés es de 22.249 euros brutos (18.700 euros netos), gastos aparte.

A las preguntas de L’Express, Sarkozy declara disponer de un patrimonio valorado –sin más especificación– en 2,3 millones de euros, lo que le convierte en el único candidato obligado a pagar el Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna (ISF). Cuando fue elegido, el presidente francés era copropietario de un gran apartamento en la exclusiva isla de la Jatte –en medio del Sena–, en la rica ciudad de Neully-sur-Seine, que concentra las mayores fortunas por metro cuadrado de Francia y de la que Sarkozy fue alcalde. Su divorcio de su segunda esposa, Cécilia, precipitó su venta. En la actualidad, el presidente francés vive en la casa de su mujer, Carla Bruni, un hôtel particulier de alquiler en un lujoso barrio del distrito XVI de París.

Si su principal adversario, el socialista François Hollande –que declara un patrimonio de 1,17 millones de euros– no se ve obligado a pagar el ISF es curiosamente gracias a la reforma adoptada por Sarkozy, que elevó el listón mínimo a 1,3 millones. La mayor parte de este patrimonio es, según detalla él mismo, inmobiliario: la propiedad de una casa de veraneo en Mougins, cerca de Cannes (Costa Azul) –cuya propiedad había compartido originalmente con su ex compañera sentimental y madre de sus cuatrio hijos, Ségolène Royal– y sendas participaciones en dos viviendas a nombre de su padre y de su hermano. Como Sarkozy, Hollande se separó de su mujer en 2007 y, fruto del reparto de bienes subsiguiente, cedió la propiedad del apartamento familiar en Boulogne-Billancourt. Con su actual compañera, Valérie Trierweiler, comparte un piso de alquiler en el distrito XV. Sus ingresos mensuales, como diputado y presidente del Consejo General de Corrèze, son de 8.300 euros brutos.

La cuarta en liza, Marine Le Pen, declara como ingresos su salario de diputada europea –7.956 euros brutos (6.200 netos) al mes– y no especifica el valor de su patrimonio. La líder del Frente Nacional posee partes de la casa familiar de Trinité-sur-Mer (Bretaña), de la mansión heredada por su padre de un rico industrial de extrema derecha en Saint-Cloud, junto a París –donde ocupa unas dependencias como residencia– y de una villa que comparte con su compañero, Louis Alliot, cerca de Perpiñán.

François Bayrou posee, por su parte, un patrimonio calculado en 836.000 euros, resultado de restar los créditos pendientes de devolución de sus dos propiedades: la casa familiar de Bordères (Pirineos Atlánticos), que incluye una granja de cría de caballos, y un piso de 50 metros cuadrados –su pied-à-terre– en París. Sus ingresos mensuales –7.100 euros brutos (5.189 netos)– proceden de su sueldo de diputado.

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