Libre y sin cargos, pero no limpio de polvo y paja, Dominique Strauss-Kahn abandonó ayer tarde la sede de la Gendarmería de la ciudad francesa de Lille (Norte) tras haber permanecido casi 34 horas bajo detención para ser interrogado por la policía por su vinculación con el caso de la red de prostitución del hotel Carlton.
El ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), forzado a dimitir en el 2011 de su cargo tras haber sido acusado formalmente de violación por la Fiscalía de Nueva York -acusación que fue posteriormente retirada por falta de pruebas-, salió ayer en libertad sin cargos por este nuevo caso. Pero tampoco exculpado. Strauss-Kahn deberá comparecer el 28 de marzo ante los jueces instructores, que podrían imputarle por complicidad en un delito de proxenetismo y encubrimiento de abuso de bienes sociales (equivalente francés de la administración desleal), delitos que están penados con hasta 20 y 5 años de prisión.
Strauss-Kahn, que hasta su inopinada detención en Manhattan el 14 de mayo del 2011 era el favorito para encabezar la candidatura del Partido Socialista al Elíseo, está involucrado con la red de prostitución del hotel Carlton en tanto que cliente. Algunos miembros de la red le organizaban fiestas sexuales, a las que llevaban prostitutas de lujo, allí donde el ex director del FMI deseara: en Bruselas, París, Washington... Los gastos, incluida la remuneración de las chicas, eran sufragados por dos empresarios: Fabrice Paszkowski, responsable de la empresa Medicalis, y David Roquet, director de una filial de Eiffage. El grupo estaba completado por el comisario de policía Jean-Christophe Lagarde, ex responsable de seguridad de Lille. Los tres están procesados, junto a otros cinco miembros de la red.
La detención e interrogatorio de Strauss-Kahn perseguía establecer si conocía que las jóvenes que le llevaban sus amigos eran profesionales, si participó de algún modo en la organización, si supo que las facturas eran sufragadas por las empresas y si acordó alguna contraprestación. El ex director del FMI lo negó todo.
Eran las 18.30 horas cuando Strauss-Kahn salió del cuartel de la Gendarmería a bordo de un vehículo con los vidrios tintados. El ex director del FMI y ex ministro socialista, que había llegado a la Gendarmería de Lille poco antes de las nueve de la mañana del martes, pasó la noche en un calabozo de 8 metros cuadrados contiguo a la sala de interrogatorios. Estos se desarrollaron en presencia de una de las abogadas del detenido, Frédérique Beaulieu , quien a la salida explicó que Strauss-Kahn, "fatigado" pero "sereno", había respondido a todas las preguntas. "Que salga libre es buena cosa", dijo antes de concluir: "Todo está ahora en manos de los magistrados" .
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