lunes, 30 de mayo de 2011

Tron, punto y final

No había salida para Georges Tron. No después del caso DSK. El secretario de Estado de la Función Pública, acusado de abusos sexuales, presentó ayer su dimisión al presidente francés, Nicolas Sarkozy, sólo cuatro días después de que dos ex empleadas municipales del Ayuntamiento de Draveil (Essone) –de la que Tron es asimismo alcalde– le denunciaran ante la justicia. Se trataba de una mera formalidad. Sarkozy, de acuerdo con su primer ministro, François Fillon, había decidido ya el sábado la salida de Tron del Gobierno, con el fin de no verse arrastrados por el mismo descrédito que hoy hace tambalear al Partido Socialista francés tras la detención en Estados Unidos, el pasado 14 de mayo, del ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y presumible candidato socialista al Elíseo, Dominique Strauss-Kahn, por presunto intento de violación.
Georges Tron, de 53 años, es acusado por dos antiguas colaboradoras suyas en la alcaldía de acoso y abusos sexuales, presuntamente cometidos entre 2007 y 2010, en algunos casos con la supuesta complicidad de una de sus adjuntas. Ambas mujeres, Laura y Eloïse –que enmascaran su identidad bajo nombres falsos– presentaron una denuncia por acoso sexual contra el secretario de Estado el pasado miércoles y al día siguiente corroboraron sus acusaciones ante la policía judicial de Versalles. La fiscalía, que ha abierto una investigación oficial, considera que los hechos denunciados –en caso de confirmarse– podrían ser en realidad calificados de agresión sexual e incluso violación.
El Journal du Dimanche avanzaba este fin de semana que una tercera mujer –comisaria de policía de la población, hasta que fue trasladada a principios de año– podría declarar en los próximos días por este caso, dando a entender que podría haber sido víctima también de las presuntas solicitudes sexuales del alcalde.
Tron asegura ser inocente y dice ser víctima de una maquinación orquestada por el Frente Nacional, toda vez que el abogado de las dos demandantes. el penalista Gilbert Collard, es amigo de la presidenta del FN, Marine Le Pen. Esta última ha amenazado a Tron con demandarle a su vez por difamación. El hasta ahora secretario de Estado se queja en su carta de dimisión del eco mediático del caso, que puede conducir –lamenta– a que “nuestros conciudadanos puedan considerarme culpable antes de haber podido ejercer mis derechos”.
El primer ministro, François Fillon, valoró ayer “el coraje y el sentido de la responsabilidad” de Tron al presentar su renuncia, mientras el ministro de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, consideró que era una “buena decisión”.
Abogado de formación, Georges Tron inició su carrera política junto al ex primer ministro Édouard Balladur, para pasarse después a las filas de otro jefe de Gobierno y rival de Sarkozy, Dominique de Villepin, a quien abandonó en marzo del año pasado para entrar en el Gobierno. 

Pasión por los piés femeninos

Georges Tron siente, al parecer, una pasión irrefrenable por los pies femeninos. El dimisionario secretario de Estado de la Funció Pública, y todavía alcalde de Draveil, es un aficionado confeso por la reflexología, hasta el punto de haber montado un gabinete para realizar masajes junto a su despacho de la alcaldía. Su abogado, Olivier Schnerb, le ha quitado toda importancia. “Mi cliente es reflexólogo, nunca se ha escondido”, ha declarado. ¿Afición paramédica o pretexto? Lo cierto es que las dos mujeres que le han denunciado por abuso sexual han explicado que todo empezó con masajes en los pies. Y que tras hacerse pública la denuncia, han empezado a aparecer múltiples testimonios –anónimos hasta ahora– sobre la afición de Tron a masajear los pies de toda mujer que se le ponga a tiro: el Journal du Dimanche citaba ayer a concejales y periodistas. Y una frase presuntamente pronunciada por una mujer en una noche electoral: “Si hubiera sabido que Tron estaba aquí, me hubiera puesto botas”.



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