miércoles, 18 de mayo de 2011

Yes we can, mais non...

MARC BASSETS/ LLUÍS URÍA  
Washington / París. Corresponsales
La detención en Nueva York de Dominique Strauss-Kahn - director ejecutivo del FMI y hasta el fin de semana aspirante a la presidencia francesa-por intento de violación y secuestro ha expuesto algunas fallas culturales y legales que separan a Francia de Estados Unidos.
El silencio de los medios franceses en los últimos años sobre la vida privada de Strauss-Kahn sería inimaginable al otro lado del Atlántico. The New York Times hablaba ayer de un "código de silencio". Pero nada ha abierto tanto la herida como las imágenes del político francés conducido, esposado, por dos agentes de la policía neoyorquina.
En EE. UU. exhibir ante las cámaras a un detenido antes del juicio es una práctica habitual, aunque controvertida; en Francia lo prohíbe la ley: ver a Strauss-Kahn en semejante tesitura ha provocado un auténtico shock, sobre todo en la clase política.
La exhibición pública del detenido se ha denominado en España la pena de telediario.En el argot policial estadounidense se denomina perp walk (paseo del perpetrador). Reflejo de la vocación igualitarista de la justicia de EE. UU. (nadie es más que nadie, ni el más poderoso), el perp walk persigue varios objetivos, desde garantizar el derecho a la información hasta educar a la ciudadanía e intimidar a los acusados.
El perp walk más famoso de la historia fue el del asesino de Kennedy, Lee Harvey Oswald, asesinado a su vez durante el paseíllo ante la prensa. Pero no fue hasta los años ochenta, y en Nueva York, que esta práctica se extendió. El entonces fiscal Rudy Giuliani, que llegaría a alcalde, perfeccionó esta táctica con criminales de cuello blanco. Le llamaban "maestro del perp walk".El Manual de Fiscales de EE. UU., publicado por el Departamento de Justicia, autoriza a "ayudar a los medios de comunicación a fotografiar, grabar o televisar una actividad de las fuerzas de la ley".
En Francia la clase política asiste estupefacta a la caída y humillación pública de uno de los grandes. El desconcierto es todavía más acusado entre los socialistas franceses, muy poco preocupados - salvo excepciones-por la presunta víctima de la agresión sexual y profundamente horrorizados, en cambio, por la suerte reservada a uno de los suyos.
La sorpresa del primer momento ha ido dando paso en las últimas horas a una indignación creciente, combinada con amenazas más o menos veladas a los medios de comunicación franceses. La exhibición pública de un detenido esposado es impensable en Francia. Y no sólo por una cuestión de diferencia cultural. La difusión de imágenes en las que se vea a una persona esposada - o incluso que se intuya que lo está-cuando no ha sido condenada está literalmente prohibida en Francia por una ley sobre la protección de la presunción de inocencia aprobada en junio del 2000, bajo el Gobierno del socialista Lionel Jospin. Su inspiradora, la entonces ministra de Justicia Élizabeth Guigou, defendió ayer esta prohibición y criticó la "brutalidad, violencia y crueldad inauditas" puestas de manifiesto, en su opinión, por la justicia norteamericana.
Numerosas personalidades socialistas se sumaron a estas críticas, como el ex ministro de Justicia Robert Badinter - que calificó la exhibición de Strauss-Kahn de "ejecución mediática"-,o el ex ministro de Cultura Jack Lang - que habló de "linchamiento" y se preguntó si la justicia norteamericana ha querido "cobrarse un francés"-.
La primera secretaria del PS, Martine Aubry, por su parte, interpeló directamente a los medios de comunicación franceses y "lamentó" que hayan difundido las controvertidas imágenes de Strauss-Kahn. Más allá de las declaraciones políticas, el debate podría traducirse incluso en acciones judiciales. Uno de los abogados parisienses de Strauss-Kahn, Dominique de Leusse, advirtió ayer que en un par de días tomarán una decisión sobre la eventual persecución de los medios que han difundido estas imágenes, algo que a su juicio "contraviene la ley" y "atenta contra la dignidad (...) y la "presunción de inocencia" de su defendido.
Una infracción de este tipo está castigada con una multa. La advertencia fue reforzada por un comunicado del Consejo Superior del Audiovisual, que recordó lo dispuesto en la ley y llamó a las televisiones francesas a mostrar "la máxima contención".
Desde el otro lado, el director de L"Express, Christophe Barbier, criticó directamente la ley Guigou, que calificó de "error", y defendió la potestad de los medios de comunicación de decidir qué imágenes publicar o no.
Tampoco en EE.UU. hay unanimidad. Los tribunales han abordado de forma repetida la legalidad de la humillación pública que representa el paseo del perpetrador.
En el 2000, un tribunal de apelaciones de Nueva York estableció que el perp walk escenificado sólo para la prensa y sin justificación –como puede ser el traslado de Strauss- Kahn a la comisaria– viola la cuarta enmienda de la Constitución. La enmienda protege a los ciudadanos de "registros y detenciones irrazonables", pero puede chocar con la primera enmienda, que garantiza la libertad de prensa.
El mismo tribunal, al que pertenecía la actual juez del Supremo Sonia Sotomayor, aprobó dos años después la citada táctica. Siempre que no se trata de una "dramatización ficticia", la imagen de un acusado esposado "comunica poderosamente los esfuerzos del estado para sofocar el elemento criminal,ypuede disuadir a otros de intentar cometer crímenes similares", se lee en la sentencia.
El problema es la condena anticipada del acusado si este resulta inocente. Como reconocía ayer en The Washington Post el columnista Eugeni Robinson, "una foto en un perp walk es algo de lo que ningún político se recupera".

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