Ya lo dice la
inscripción: “A los grandes hombres, la patria agradecida”. De hombres,
hay una buena representación en el Panteón de París, el mausoleo de la
República francesa, un total de 70. Mientras que de mujeres sólo hay
propiamente una: la investigadora Marie Curie, cuyos restos fueron trasladados
en 1995, sesenta y un años después de morir, por decisión de François
Mitterrand poco antes de abandonar el Elíseo. Hay aún otra mujer inhumada en
este templo laico, Sophie Berthelot, pero sólo en tanto que esposa del químico
Marcellin Berthelot.
Levantado entre 1758 y 1790 por orden del rey Luis XV, el
templo debía haber sido una iglesia dedicada a Santa Genoveva, patrona de la
ciudad, pero la Revolución pasó por allí y lo convirtió en un mausoleo laico
para enterrar a los líderes revolucionarios. Desde entonces, ha tenido
esencialmente siempre la misma función, aunque el perfil de las figuras allí
inhumadas fue cambiando al ritmo de los regímenes políticos que se sucedieron.
El Panteón tal cual es conocido hoy, a saber, como lugar de reconocimiento de
la República a sus grandes personalidades, data de 1885, cuando se enterró a
Victor Hugo.
Un informe presentado el pasado jueves por el presidente del
organismo Monumentos Nacionales, Philippe Bélaval, elaborado a petición del
presidente de la República, François Hollande, constata las numerosas lagunas
históricas y los desequilibrios que presenta la selección de personajes
honrados en el Panteón. Y las ausencias. Hay mucho ensimismamiento en el
Panteón, reflejo fiel de la endogamia de la élite parisina. Pero si hay una
carencia clamorosa, ésta es sin duda la de las mujeres. De tal forma que el
propio informe considera que, para hacer justicia a la olvidada mitad de la
población, “sería preferible que las personalidades distinguidas por el
presidente de la República en el periodo que viene sean todas mujeres”. Todas.
Todas... pero ¿cuáles? Philippe Bélaval apunta un nombre, el
de Olympe de Gouges, seudónimo de la escritora Marie Gouze, activista política
y pionera militante feminista, que en 1791 redactó la Declaración de los
Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”. Dos años después acabaría ejecutada en
la guillotina, como otros tantos, víctima del Terror. El informe sugiere que,
más allá de su figura, el Estado encargue un monumento escultórico, para ubicar
dentro del Panteón, con el texto de su declaración como homenaje a todas las mujeres que han combatido a lo largo de la
historia por el reconocimiento de la igualdad de derechos.
La iniciativa encontrará sin duda un eco favorable en la
opinión pública, como ha puesto de manifiesto la consulta realizada entre la
ciudadanía a través de internet. Entre los 2.000 nombres sugeridos por las
30.000 personas que han participado en la consulta están las de Olympe de
Gouges, Simone de Beauvoir , sor Emmanuelle y Simone Véil...
Pero ¿serán todo mujeres las próximas en entrar en el
Panteón? No está claro. Candidatos masculinos no hay pocos y son de peso. El
primero, Denis Diderot, el padre de la Enciclopedia, de cuyo nacimiento se
acaban de cumplir trescientos años...
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