viernes, 4 de octubre de 2013

Los Dragones no volverán a cabalgar

El 4º regimiento de Dragones del ejército francés adquirió en 1811 el derecho a inscribir en su estandarte el nombre de Badajoz por su destacado papel en la batalla que enfrentó aquel año en la ciudad extremeña a las tropas de Napoleón con el ejército español. Creado en 1667, el 4º regimiento de Dragones sirvió durante toda la campaña de España –entre 1808 y 1813– y, antes, ya había intervenido, en este caso en favor de los Borbones, en la Guerra de Sucesión española, entre 1701 y 1713. Hoy los viejos soldados a caballo montan carros de combate Leclerc. Pero el 4º regimiento, radicado en Carpiagne (cerca de Marsella), con un millar de militares, ya no volverá a cabalgar: el año que viene será disuelto, víctima de los recortes presupuestarios.

Entre el 2014 y el 2019, el ejército francés verá reducidos sus efectivos en 23.500 personas, entre soldados y personal civil, que se añadirán a los cerca de 55.000 empleos que preveía suprimir el plan 2009-2014, aprobado en su momento por Nicolas Sarkozy. A diferencia de lo que ha hecho con otros departamentos, el presidente François Hollande ha querido mantener estable el presupuesto de defensa –31.400 millones de euros anuales, el 1,5% del PIB– con el fin de salvaguardar la capacidad de intervención militar en el exterior. Pero la necesidad de invertir en nuevo armamento y equipamiento –a lo que se destinarán 16.500 millones– obliga a reducir los efectivos humanos.

El Ministerio de Defensa francés cuenta en la actualidad con una plantilla de 288.060 personas, de las que 222.215 son militares. El Ejército de tierra cuenta con 119.070 militares, seguido por el del Aire (47.583) y la Marina (37.839). Alrededor de 13.500 soldados están comprometidos en operaciones exteriores.
El año que viene, el total de puestos suprimidos será de 7.881 y, además de comportar la disolución del 4º regimiento de Dragones, supondrá el traslado a Carpiagne del 1º regimiento de Caballería de la Legión Extranjera basado en Orange y el desmantelamiento parcial o el traslado de diversas unidades, principalmente del ejército de aire.

El ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, subrayó ayer que los recortes y los cambios decididos han sido adoptados con enorme cuidado. “No son hachazos ciegos”, señaló. Con un cuidado extremo se ha diseñado, en efecto la reestructuración de unidades cara al año que viene, una contención que está directamente vinculada a la proximidad de las elecciones municipales de la próxima primavera. Para intentar hacer tragar la píldora a los municipios afectados por los cierres o la reducción de efectivos, el Ministerio de Defensa ha preparado una partida de 150 millones de euros. Pero no está claro que baste. En Orange (Vaucluse), la marcha de la Legión fue sentida ayer como un golpe bajo.

Lo del año que viene será, sin embargo, sólo un aperitivo. Como subrayaba el analista Jean-Dominique Merchet –autor de un seguido blog sobre defensa–, los recortes del 2014 son “ limitados” y tenderán a ser más acusados en los años siguientes. Para Armand Danjean, vicepresidente de la comisión de Defensa del Parlamento Europeo, los recortes conducirán a la “pérdida de categoría” de Francia desde el punto de vista militar.


El ordenador loco

Desde hace dos años, la paciencia y la capacidad de sufrimiento de los soldados franceses está siendo duramente puesta a prueba por una catástrofe administrativa. El nuevo programa informático que gestiona el pago de los salarios a los militares, conocido bajo el acrónimo de Louvois –nombre también del secretario de Estado de la Guerra de Luis XIV–, ha acumulado miles y miles de errores a la hora de repartir las pagas. El sistema, que parece haberse vuelto igual de loco que el ordenador HAL 9000, de la película "2001 Una odisea en el espacio", tan pronto puede dejar a un soldado sin sus primas, o incluso sin su sueldo, como pagar a otro el doble del salario. Nadie ha sido capaz hasta ahora de resolver este increíble problema y el número de afectados alcanza los 130.000...




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