viernes, 4 de octubre de 2013

Comprar por la noche, ¿vicio o virtud?

¿Es necesario ir a comprar un perfume a las once de la noche o herramientas para el bricolaje el domingo por la mañana? A muchos consumidores, sobre todo en las grandes ciudades, les parece de lo más natural. Y algunas cadenas comerciales realizan en estas franjas horarias una buena parte de su cifra de negocios (hasta el 20% o el 25%). Pero no todo el mundo está de acuerdo.

La ampliación de los horarios comerciales hasta entrada la noche y los domingos se ha colocado en Francia en el centro de una dura batalla entre los sindicatos, de una parte, y las grandes enseñas –con al apoyo de una parte de los trabajadores–, de otra. La justicia, aplicando escrupulosamente la ley, ha fallado recientemente contra varias empresas, pero el Gobierno ha abierto un proceso de reflexión con el objetivo de revisar la actual legislación.

La cruzada contra la apertura nocturna de los comercios la lleva a cabo desde hace varios años la Intersindical del Comercio de París (Clic-P), que considera que la prolongación de los horarios atenta contra la salud de los trabajadores. La semana pasada, la acción de Clic-P ante la justicia logró forzar a la cadena de perfumerías Sephora –del grupo LVMH– a cerrar su tienda de los Campos Elíseos de París a partir de ahora a las 21 horas en lugar de a medianoche como venía haciendo. Lo mismo le va a suceder a la cadena de hipermercados Monoprix –cerca de un centenar de cuyos establecimientos cerraban hasta ahora después de las nueve de la noche–, a causa de la oposición la CGT, el sindicato mayoritario. Y vendrán más.

La ley, mientras no cambie, establece que el trabajo nocturno –entre las 21 y las 6 horas– debe ser “excepcional y justificado por la necesidad de asegurar la continuidad de la actividad económica o servicios de utilidad social”. Para los jueces, ello no cubre la actividad comercial ordinaria.

Las grandes cadenas han protestado airadamente contra esta situación, que en caso de generalizarse, representaría un daño a su cifra de negocios. Y los trabajadores afectados, que lógicamente temen perder sus complementos salariales o incluso sus empleos, han salido a la calle para protestar por el acoso sindical...

Algo parecido sucede con la apertura dominical, autorizada únicamente para el comercio alimentario –durante la mañana– y en las zonas turísticas previamente autorizadas. El problema se concentra en los centros comerciales del extrarradio, no cubiertos por estos supuestos. Así, la cadena Bricorama, que en el 2012 se vio obligada por orden judicial a cerrar sus tiendas el domingo, ha forzado recientemente otro fallo de los tribunales para lograr el cierre de sus competidores, Leroy Merlin y Castorama.

El Gobierno acaba de crear una comisión de estudio para revisar, en el plazo de dos meses, la cuestión de la apertura dominical. No así la apertura nocturna... Aunque una cosa conducirá necesariamente a la otra.


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