jueves, 4 de octubre de 2012

Valérie Trierweiler, regreso a la casilla de salida


Valérie Trierweiler ha decidido regresar a la casilla de salida y volver a empezar. Cuatro meses después del seísmo político provocado por su ataque contra la ex mujer de François Hollande, Ségolène Royal, a través de Tweeter, la actual compañera del presidente francés ha admitido públicamente que se equivocó. “Fue un error que lamento. No volverá a suceder”, ha declarado en una entrevista publicada ayer por el diario Ouest France, la primera que concede desde que accedió a la condición de primera dama de Francia. “Aún no me había dado cuenta de que ya no era sólo una simple ciudadana”, confiesa.

El tuit de Trierweiler contra su antigua contrincante sentimental en plena campaña de las elecciones legislativas francesas –en las que Royal contó con el apoyo explícito de Hollande– levantó una gran polvareda política en el país. De entrada, porque contaminó el debate electoral con las querellas personales en la cúpula del Estado, poniendo en entredicho la autoridad del presidente de la República. Y en segundo lugar, porque puso en evidencia la ambigüedad que rodea la condición de primera dama: sin estatus ni función legal, pero con ineludibles responsabilidades de representación pública.

“Sin duda, yo no había tomado toda la medida de las exigencias de esta tarea”, admite ahora. Cinco meses, Trierweiler, mucho más discreta desde al asunto del tuit, mantiene su intención de combinar sus funciones en el Elíseo con su profesión de periodista. Pero no al mismo nivel ni con la misma intensidad que antaño. Así, la mujer de Hollande anunció su decisión de renunciar a conducir un nuevo programa de televisión en el canal digital D8 –antigua Direct 8, adquirida por el grupo Canal Plus–, donde trabajaba desde el 2005. “Comprendo que, para algunos, ser la compañera del presidente y trabajar en una televisión puede suscitar interrogantes, incluso un problema”, ofrece como argumento.

Pero lo que Trierweiler no dejará es su colaboración con el semanario Paris Match, de cuya plantilla forma parte desde hace 22 años, reducida hoy a un artículo semanal de crítica literaria. “Mis hijos están a mi cargo y no veo cómo podría hacer sin un salario. Conservar mi independencia financiera me parece igualmente más sano para conservar los piés en el suelo”, se justifica.No por ello renunciará sin embargo a su despacho en el Elíseo –“Me permite recibir a mis visitas”– ni al “reducido equipo” de tres personas que le asiste. “Es lo que ha existido siempre”, dice.

A Trierweiler, que rechaza el carácter autoritario que le atribuyen los guiñoles de Canal Plus –“Soy franca, pero ¿es eso un defecto?”, se pregunta–, no le han gustado nada los libros que han abordado su rivalidad con Ségolène Royal. “No tengo la impresión de que los autores hablen de mi, sino de un personaje que habrán imaginado para corresponder a sus clichés”, dice. A Royal, en cambio, le han encantado.



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